Una investigación publicada en JAMA Neurology revela que los viajes largos al espacio pueden ocasionar daño cerebral en los astronautas.
El trabajo incluyó muestras de sangre tomadas a cosmonautas rusos antes y después de estancias largas en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Los resultados del estudio han mostrado un considerable aumento de varios biomarcadores que podrían indicar daños cerebrales.
El estudio
Este nuevo trabajo analizó a cinco cosmonautas. Cada uno de ellos pasó una media de 169 días en el espacio.
Los investigadores tomaron muestras de sangre de cada sujeto antes de abandonar la Tierra y en tres momentos luego de su retorno.
Se midieron cinco biomarcadores sanguíneos diferentes, cada uno relacionado con algún tipo de daño en el cerebro.
Tres de los biomarcadores analizados resultaron ser considerablemente elevados después del regreso a la Tierra: la luz de neurofilamentos (NfL), la proteína ácida fibrilar glial (GFAP) y un tipo específico de proteína beta amiloide.
“Los aumentos de ambas proteínas Aβ (beta amiloide) a lo largo de toda la fase posterior al vuelo representan potencialmente una asociación acumulativa del desplazamiento del líquido cefalorraquídeo con el tejido intersticial”, señalan los investigadores.
“Especulamos que la elevación de las proteínas amiloides de vuelta a la Tierra representa una fase de lavado después de meses de eliminación de residuos proteicos obstaculizada, ya que se ha demostrado que la albúmina permanece estable o incluso disminuye”.
En un comunicado de prensa, Henrik Zetterberg, autor principal del estudio y neurocientífico de la Universidad de Gotemburgo, destaca la importancia del trabajo recién publicado:
“Es la primera vez que se documentan pruebas concretas de daños en las células cerebrales en los análisis de sangre tras los vuelos espaciales”, comenta el investigador.
“Esto debe explorarse más y prevenirse si se quiere que los viajes espaciales sean más comunes en el futuro”.