La historia comienza así: SpaceX y Blue Origin intentaban quedarse con un codiciado contrato gubernamental para construir una nave espacial que lleve astronautas a la Luna en 2024.
Elon Musk se adjudicó este contrato, lo que provocó la molestia de Jeff Bezos, jefe de Blue Origin. De hecho, su compañía respondió al presentar una queja ante la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés), en la que acusan a la NASA de haber “movido los postes de la meta para los licitadores del contrato en el último minuto”, según un artículo de Reuters.
Por supuesto, la respuesta de Musk no tardó mucho y se produjo donde más se siente cómodo: en Twitter. En la red social, el magnate escribió “no puedo subirlo (a la órbita) lol”.
Can’t get it up (to orbit) lol
— Elon Musk (@elonmusk) April 26, 2021
Si bien no entregó más detalles en aquella publicación, pegó en el mismo hilo de la conversación una captura de pantalla de un informe de 2019 sobre Bezos desvelando el alunizador de Blue Origin.
“La NASA ha ejecutado una adquisición defectuosa para el programa del Sistema de Aterrizaje Humano y ha movido los postes de la meta en el último minuto”, señala un comunicado de Blue Origin.
“Su decisión elimina las oportunidades de competencia, reduce significativamente la base de suministro y no solo retrasa, sino que pone en peligro el regreso de Estados Unidos a la Luna. Por ello, hemos presentado una protesta ante la GAO”.
Para esta licitación, SpaceX participó en solitario, mientras que Blue Origin lo hizo asociado con Lockheed Martin Corp (LMT.N), Northrop Grumman Corp (NOC.N) y Draper.
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