Una sensación de déjà vu fue la que dejó la segunda prueba del prototipo de nave espacial reutilizable de SpaceX. Y es que igual que el vuelo de prueba anterior en diciembre de 2020, explotó al aterrizar.
Impulsado por sus tres motores Raptor, el prototipo SN9 del cohete de próxima generación de SpaceX despegó de la plataforma de lanzamiento en Boca Chica, Texas, a las 12:25 p.m. PT del 2 de febrero, alcanzando el objetivo de 32,800 pies (1,000 metros) justo después de cuatro minutos.
En su descenso, el propulsor de 160 pies de altura (49 metros) fue capaz de realizar exitosamente la maniobra clave de volteo, con el objetivo de realizar un aterrizaje vertical.
Sin embargo, al igual que en su primer vuelo de prueba a gran altitud, el cohete cayó con demasiada fuerza y en un ángulo ligero, lo que provocó su explosión.
“Nuevamente tuvimos otro gran vuelo. Tenemos que trabajar un poco en ese aterrizaje”, afirmó el ingeniero de SpaceX John Insprucker en la transmisión en vivo de la compañía del vuelo de prueba.
El prototipo descendió bajo un control aerodinámico activo, mediante el movimiento independiente de los dos flaps delanteros y dos de popa del vehículo accionados por una computadora de vuelo a bordo que también controla la altitud y el procedimiento de aterrizaje de Starship.
Cuando SpaceX clava su tecnología Starship, el equipo lanzará la nave espacial –que también actúa como un propulsor de segunda etapa– sobre el cohete Super Heavy, un propulsor de primera etapa con motor 31-Raptor que también aún está en desarrollo.
El objetivo final es desplegar la nave espacial y el cohete Super Heavy como un sistema de transporte espacial totalmente reutilizable, que lleve hasta 100 personas y carga a la órbita terrestre, la Luna y Marte.
“En total, otro gran (vuelo). Este es un vuelo de prueba, la segunda vez que lanzamos Starship en esta diseño. Tenemos muchos datos buenos y logramos el objetivo principal de demostrar el control del vehículo y la reentrada subsónica”, afirmó.
El prototipo del S10 ya está colocado en las instalaciones de SpaceX en Boca Chica, listo para el tercer vuelo de prueba a gran altitud, que podría ocurrir en las próximas semanas.
Antes de eso, el equipo analizará los datos recopilados y posiblemente hará algunos ajustes cuidadosos para darle al refuerzo una mejor oportunidad de sobrevivir en su próxima salida.