Técnicamente el espacio es un vacío, pero este contiene partículas cargadas de energía, que son gobernadas por campos magnéticos y eléctricos. Y aunque no podemos escucharlas directamente, algunas naves tienen instrumentos que son capaces de capturarlas y convertirlas en ondas sonoras. Este es el resultado de los sonidos del espacio más impresionantes jamás registrados.
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De forma habitual se afirma que en el espacio no hay sonido. ¿El motivo? Las ondas sonoras necesitan de un medio material para propagarse, como el aire, el agua, la madera o las piedras. En el vacío del espacio exterior no pueden hacerlo, ya que no hay nada en que puedan transmitirse.
Sin embargo, las naves espaciales están equipadas de sofisticados instrumentos que convierten las vibraciones de plasma, perturbaciones electromagnéticas, ondas de radio o la interacción de partículas en registros que nuestros oídos pueden escuchar.
La primera persona que obtuvo sonidos desde el espacio exterior fue Karl Guthe Jansky. A comienzos de 1930, el físico construyó una antena para grabar sonidos en distintas direcciones. Identificó tres tipos de sonidos: tormentas eléctricas, tempestades distantes y un débil silbido. Tras estudiarlos durante meses, en 1935 concluyó que los registros provenían desde el corazón de la Vía Láctea, hallazgo que le valió el título de padre de la radioastronomía.
Desde entonces, hemos escuchado centenares de registros. Estos son algunos de los más sorprendentes.
Primer sonido de Marte (2021)
Perseverance ha roto una serie de hitos en Marte. El rover recogió la primera muestra de una roca marciana y también capturó los primeros sonidos del planeta rojo, gracias a dos micrófonos. Se trata de un registro de cinco horas, que permite escuchar las ráfagas de viento marciano, las ruedas del rover crujiendo sobre el terreno y el zumbido de los motores.
Sonidos del Sol (2018)
Los datos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la NASA han registrado el movimiento dinámico de la atmósfera del Sol durante más de 20 años. Como parte de este trabajo, en 2018 liberaron una serie de sonidos del Sol para estudiar lo que no se puede ver a simple vista, desde erupciones solares hasta eyecciones de masa coronal.
Estas vibraciones permiten a los científicos estudiar una variedad de movimientos complejos dentro del Sol, desde erupciones solares hasta eyecciones de masa coronal.
Coro de ondas plasma (2017)
Las ondas de plasma, como las olas del océano, crean una cacofonía rítmica. Gracias al instrumento EMFISIS, que está a bordo de las sondas Van Allen de la NASA, es posible escuchar a través del espacio. Este tipo de onda se crea cuando los electrones son empujados hacia el lado nocturno de la Tierra. Cuando estos electrones de baja energía golpean el plasma, interactúan con las partículas del plasma, impartiendo su energía y creando un tono ascendente único.
Rugido de Júpiter (2016)
La nave espacial Juno de la NASA ha cruzado el límite del inmenso campo magnético de Júpiter. El instrumento Waves de Juno registró su encuentro con el arco de choque, en junio de 2016, durante aproximadamente dos horas.
Encuentro con el cometa Tempel 1 (2001)
Durante el sobrevuelo del cometa Tempel 1, un instrumento en el escudo protector de la nave espacial Stardust de la NASA fue arrojado por partículas de polvo y pequeñas rocas, como se puede escuchar en esta pista de audio.
Emisiones de radio de Saturno (2003)
Saturno es una fuente de intensas emisiones de radio, que fueron monitoreadas por la nave espacial Cassini. Las ondas de radio están relacionadas con las auroras cercanas a los polos del planeta y que son similares a las que registran en la Tierra.
El sonido de Ganímedes (1996)
La nave espacial Galileo hizo el primer sobrevuelo de la luna más grande de Júpiter, Ganímedes. Esta pista de audio es el registro de los datos que capturó el instrumento Experimento de Ondas de Plasma de Galileo en 1996.