Después de haber sufrido un complicado fallo, la increíble nave espacial Voyager 1 ahora está operativa una vez más, con datos provenientes de sus cuatro instrumentos científicos actuales. La nave espacial tiene casi 50 años de antigüedad, ya que se lanzó en 1977, y desde hace mucho tiempo ha viajado más allá de la órbita de Plutón y hacia el espacio interestelar.
Los problemas recientes con la Voyager 1 comenzaron en noviembre de 2023, con un fallo que afectó a un sistema llamado subsistema de datos de vuelo (FDS). Esta es una pieza del sistema informático de a bordo de la nave espacial que es responsable de empaquetar tanto los datos científicos (datos de los instrumentos) como los datos de ingeniería (datos sobre la salud de la nave espacial) para su transmisión a la Tierra. Después de meses de investigación, el equipo descubrió que el problema era causado por un solo chip que almacena datos para el FDS, por lo que encontraron una forma de almacenar esos datos en otros sistemas.
Esa solución se implementó en abril de este año, y dos de los instrumentos de la Voyager volvieron a estar en línea en ese momento: el subsistema de ondas de plasma y el instrumento magnetómetro. Pero otros dos instrumentos, el subsistema de rayos cósmicos y el instrumento de partículas cargadas de baja energía, no funcionaron de inmediato, por lo que se tuvieron que realizar más ajustes para que volvieran a funcionar. Ahora, estos cuatro instrumentos están operando por primera vez en unos seis meses.
Esa es una gran noticia para la nave espacial, pero el trabajo aún no ha terminado. «Se necesita un trabajo menor adicional para limpiar los efectos del problema», escribió la NASA en una actualización, especificando la necesidad de realizar tareas como reacronizar los sistemas de cronometraje de las computadoras a bordo y realizar el mantenimiento de la grabadora digital del instrumento de ondas de plasma.
Ahora, la Voyager 1 podrá continuar sus investigaciones científicas del área del espacio más allá de la influencia directa del sol, llamada espacio interestelar. Junto con su sonda gemela, la Voyager 2, es el objeto artificial más distante del universo, y las dos son las únicas naves espaciales que operan fuera de la heliosfera (los campos magnéticos del sol). A pesar de su edad y su extrema distancia de la Tierra, lo que hace que las comunicaciones con la nave espacial sean muy lentas, continúa realizando ciencia valiosa, como estudiar el gas interestelar y observar ráfagas de energía en el espacio interestelar.