La presencia de humanos en el espacio, como la misión Inspiration4 de Space X y la Estación Espacial Internacional, ha motivado una reflexión en torno a varias actividades que desarrollan en la Tierra, desde algo cotidiano como prepararse un plato de comida hasta cuestiones más íntimas como el placer sexual.
A raíz de ello, la marca de juguetes sexuales We-Vibe y Erobotics Research Consulting publicaron la primera parte del informe ¿Tecnología sexual en el espacio? (Sex Tech in Space?), que aborda la relevancia de la sexualidad en los viajeros espaciales.
El estudio destaca tres factores que dificultarían el placer sexual en órbita: la falta de gravedad, la falta de privacidad y la eliminación de líquidos.
“Sin la gravedad suficiente, los cuerpos no se atraen entre sí, y el contacto entre amantes requeriría un esfuerzo constante. La fricción limitada reduciría las posibilidades de placer para las parejas que tienen relaciones sexuales. Tener sexo en la Luna o Marte se parecería a tener sexo en una piscina al reducir la masa corporal y todo el esfuerzo físico”, dice el informe.
Por otro lado, de acuerdo con el documento, los actos como la masturbación se convertirían en un verdadero desafío en los entornos claustrofóbicos de las naves especiales. Además, los fluidos corporales propios del acto sexual serían un problema y tendrían que ser contenidos para evitar su libre circulación.
Es por eso que la investigación plantea que la tecnología sexual, como juguetes con fines placenteros, sería la mejor opción para lograr la satisfacción sexual en el espacio. Ya sea “para preservar el bienestar mental, reproducirse o vivir felices fuera de la Tierra”, se debe invertir en mecanismos que entreguen una instancia discreta e higiénica para los tripulantes de naves espaciales.
Sin embargo, se trata un tema estigmatizado, por lo que las agencias espaciales no lo abordan con frecuencia. Y, de acuerdo con Johanna Rief, directora de Empoderamiento Sexual en We-Vibe: “Dificultan la prueba de nuestros productos en condiciones espaciales reales”.
A pesar de ello, Rief menciona que algunos de los juguetes de la compañía cuentan con la tecnología necesaria para adaptarse al espacio, como We-Vibe Bond y Moxie: “Se pueden llevar fácilmente dentro de los trajes espaciales, proporcionando sensaciones placenteras discretas y privadas”.
Asegura que los juguetes cuentan con Bluetooth y la aplicación We-Connect. “También desarrollamos mecánicas hápticas en el control remoto de nuestro vibrador de pareja We-Vibe Chorus, que responde a la presión del agarre para controlar la intensidad de la vibración”, dice Rief.
En cuanto al resto de los datos obtenidos en el informe, desarrollado por un equipo de investigadores multidisciplinario liderado por Simon Dube, Maria Santaguida y Dave Anctil, se espera que sean difundidos en los próximos meses en una campaña de We-Vibe, la cual buscará “promover aún más un entorno espacial inclusivo para la humanidad”.