Los océanos de la Tierra podrían haberse formado directamente a partir de la «materia estelar» que se fusionó en el Sistema Solar primitivo, y no a través de meteoritos y cometas que se estrellaron con el planeta en formación.
Así lo sugiere un estudio publicado en la revista Science, que desafía la arraigada idea de que la mayor parte del agua de la Tierra llegó a través de otros cuerpos celestes.
Según los investigadores, meteoritos que podrían haberse formado en el Sistema Solar interior contienen más hidrógeno de lo que se pensaba anteriormente.
El hidrógeno es uno de los dos ingredientes esenciales del agua, además del oxígeno.
Si la Tierra se hubiera formado a partir de estos materiales, habría tenido suficiente hidrógeno y oxígeno para llenar incluso tres océanos actuales, según los investigadores.
«La Tierra podría haber estado húmeda desde el principio, cuando comenzó a formarse», afirmó la cosmoquímica Laurette Piani, del Centro de Investigación Petrográfica y Geoquímica de Francia, consigna NBC News.
Los primeros modelos de la formación del Sistema Solar estimaban que en sus orígenes la Tierra era seca, debido a que se formó muy cerca de un joven Sol.
Los científicos han explicado el origen del agua en meteoritos ricos en agua y cometas helados, que golpearon la Tierra y se convirtieron en océanos, lagos, ríos y nubes. Sin embargo, esta teoría no coincide con los rastros químicos reveladores en la composición de la Tierra.
Los investigadores encabezados por Piani examinaron meteoritos de condrita de enstatita, que se podrían haber formado hace más de 4,500 millones de años, junto a la Tierra y otros planetas rocosos.
Se han encontrado unos 200 meteoritos de condrita enstatita, los que coinciden con aspectos específicos de la composición química del planeta.
Los investigadores encontraron más hidrógeno en sus minerales, lo suficiente como para crear al menos tres veces toda el agua que existe en la Tierra, tanto en su superficie como en las profundidades subterráneas.
«El material que contiene hidrógeno estaba presente en el Sistema Solar interior en el momento de la formación del planeta rocoso, a pesar de que las temperaturas eran demasiado altas para que el agua se condensara”, afirmó la investigadora.
Aunque el estudio no descarta un posterior bombardeo de meteoritos y cometas, considera que sola contribuyeron en una pequeña porción al agua superficial y en nada al que está en el interior de las rocas.
«El agua interior se puede explicar por el material del sistema solar interior. Calculamos que solo el 5 por ciento del agua superficial se heredó del material del sistema solar exterior”, afirmó la investigadora.