El rastreo de una misteriosa fuga de aire en la Estación Espacial Internacional (EEI) tendrá el fin de semana del 22 y 23 de agosto ocupada a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Si bien la situación fue descubierta en septiembre de 2019, era muy pequeña, por lo que su reparación no fue prioritaria. Sin embargo, la tasa de fugas fue aumentando con el tiempo, lo que ha llevado a la agencia espacial a tomar medidas.
Durante el fin de semana, los tres miembros de la tripulación de la EEI permanecerán dentro del módulo de servicio ruso Zvezda, para así monitorear la presión del aire en otras partes del puesto de avanzada en órbita, informó Digital Trends.
La agencia espacial estadounidense enfatizó que la filtración no representa una amenaza para la seguridad de los miembros de la Expedición 63, Chris Cassidy, Ivan Vagner y Anatoly Ivanishin, ni para la integridad de la estructura.
En una actualización publicada en su sitio web este jueves 20 de agosto, la institución dijo que si bien la atmósfera de la estación se mantiene a una presión constante cómoda para la tripulación, siempre hay una pequeña fuga de aire, lo que implica la represurización de rutina de los tanques de nitrógeno entregados en misiones de reabastecimiento de carga.
Dado que los niveles de presurización pueden verse afectados por las operaciones regulares de la EEI, como caminatas espaciales, ha llevado tiempo recopilar todos los datos necesarios para comprender completamente el comportamiento de la fuga.
“Todas las escotillas de la EEI estarán cerradas este fin de semana para que los controladores de la misión puedan monitorear cuidadosamente la presión del aire en cada módulo. La prueba no presenta ningún problema de seguridad para la tripulación y debe determinar qué módulo está experimentando una tasa de fuga superior a la normal. Los especialistas estadounidenses y rusos esperan que los resultados preliminares estén disponibles para su revisión a fines de la próxima semana», dijo la NASA.
Es improbable que los tres miembros de la tripulación se sientan presionados por la situación, considerando que el módulo ruso proporcionó el espacio vital para los primeros habitantes de la estación cuando la tripulación de la Expedición 1 llegó en 2000. “Un poco de espacio adicional para Cassidy, Vagner e Ivanishin también está disponible a través del minimódulo de investigación Poisk y la cápsula de tripulación Soyuz MS-16”, aportó Digital Trends.
El problema actual recuerda un incidente similar, aunque más grave, en agosto de 2018, cuando la estación sufrió una repentina caída de presión, producto de un agujero de 2 milímetros en la sección superior de la cápsula rusa Soyuz. Si bien se habló de sabotaje, también se sugirió que el agujero pudo haber ocurrido durante la fabricación de la cápsula o haber sido causado por una pequeña pieza de roca espacial u otros escombros que golpearon la EEI mientras orbitaba la Tierra.