La Estación Espacial Internacional (EEI) fue lanzada en 1998 y se espera que esté operativa hasta 2030. Esta situación tiene preocupada a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), particularmente a su administrador, Jim Bridenstine.
Este miércoles 23 de septiembre, el jefe de la agencia aseguró ante legisladores que era fundamental que Estados Unidos mantuviera una presencia en la órbita de la Tierra, especialmente una vez que la EEI sea desmantelada.
La urgencia, según Bridenstine, es evitar que China obtenga algún tipo de ventaja estratégica en el espacio.
«Les diré una cosa que me preocupa mucho: se acerca el día en que la EEI llegue al final de su vida útil… Para poder tener a Estados Unidos con presencia en la órbita baja de la Tierra, tenemos que estar preparados para lo que venga después», señaló.
La amenaza de China en el espacio
En esta misma línea, la NASA ha solicitado al Congreso $150 millones de dólares para el año fiscal 2021 con el fin de ayudar a desarrollar la comercialización de la órbita terrestre baja, que es la zona hasta los 2,000 kilómetros desde la superficie.
Bridenstine ve amenazada la supremacía estadounidense en el espacio, especialmente por la estación espacial china que debería de estar operativa en 2022.
«China está construyendo rápidamente una estación espacial y comercializándola entre todos nuestros socios internacionales», explicó el jefe de la NASA.
“Sería una tragedia, si después de todo su tiempo, y todo este esfuerzo, abandonáramos la órbita terrestre baja y cediéramos ese territorio”, comentó.
La estación espacial china recibe el nombre de Tiangong, que se traduce como «palacio celestial».
En junio de 2020, medios de comunicación del país asiático informaron que la estación estaba asociada con 23 entidades de 17 países con el fin de realizar experimentos científicos a bordo.
Entre estas naciones están Francia, Alemania, Japón, Kenia y Perú, entre otros, según la agencia de noticias estatal Xinhua.