A finales de enero, un grupo de astrónomos aseguró que la segunda etapa de un cohete Falcon 9 de SpaceX estaba muy cerca de estrellarse con la Luna.
Según los cálculos de Bill Gray y Jonathan McDowell, el aparato impactará la superficie lunar el 4 de marzo.
Sin embargo, semanas después astrónomos de la NASA desmintieron que el objeto perteneciera a la compañía de Elon Musk y agregaron que se trataba del propulsor de un Long March 3C, que se usó durante la misión china Chang’e 5-T1 en 2014.
Ahora, un representante del gobierno chino rechazó la teoría que afirma que el objeto pertenece a su país. Por lo tanto, en estos momentos nadie quiere hacerse cargo del inminente impacto en nuestro satélite natural.
Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, negó que se trate de restos del cohete Long March 3C que fue lanzado el 23 de octubre de 2014.
Según el funcionario, el análisis de expertos chinos mostró que los restos de la misión Chang’e 5 se desintegraron en su totalidad luego de ingresar a la atmósfera terrestre “de manera segura”.
El vocero afirmó que el compromiso de su país fuera de nuestro planeta era “salvaguardar seriamente la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio ultraterrestre”.
De acuerdo con los astrónomos, esta será la primera ocasión en que un objeto hecho por los humanos choque con la Luna de manera involuntaria.
Según los pronósticos, los restos del cohete desconocido se estrellarán con la cara oculta del satélite el 4 de marzo, dejando un cráter en el lugar donde se produzca el impacto.