Un equipo de científicos de la NASA lograron descubrir pozos y cuevas en la Luna que conservan una temperatura ideal para considerarlos refugios, incluso pensando en una próxima exploración humana, ya que tienen un promedio de 17 grados centígrados.
Este hallazgo se ha dado a conocer por la nave espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), así como modelos informáticos.
Estos pozos y cuevas serían sitios térmicamente estables para la exploración lunar en comparación con las áreas en la superficie de la Luna, que se calientan y llegan a los 127ºC durante el día y se enfrían a menos de 173ºC por la noche.
«Alrededor de 16 de los más de 200 pozos son probablemente tubos de lava colapsados», explica Tyler Horvath, estudiante de doctorado en ciencias planetarias en la Universidad de California en Los Ángeles, quien dirigió la nueva investigación, publicada recientemente en la revista ‘Geophysical Research Letters’.
«Los pozos lunares son una característica fascinante en la superficie lunar», añade el científico del proyecto LRO, Noah Petro, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. «Saber que crean un entorno térmico estable nos ayuda a pintar una imagen de estas características lunares únicas y la perspectiva de explorarlas algún día», detalla.
El equipo, que incluía al profesor de ciencia planetaria de la UCLA David Paige y Paul Hayne de la Universidad de Colorado Boulder, cree que la proyección de sombra es responsable de la temperatura constante, lo que limita el calor durante el día y evita que el calor se irradie por la noche.
«Los humanos evolucionaron viviendo en cuevas, y a las cuevas podríamos regresar cuando vivamos en la Luna», explica David Paige, coautor del artículo que dirige el Experimento de Radiómetro Lunar Diviner a bordo del LRO, que realizó las mediciones de temperatura utilizadas en el estudio.