Un equipo de científicos de Estados Unidos e India analizó muestras de bacterias tomadas de la Estación Espacial Internacional. Sus hallazgos son preocupantes, y es que las bacterias no solamente prosperaron en un ambiente más hostil respecto al de sus pares terrestres, sino que también mutaron para hacerse más resistentes a los antibióticos.
Así lo cuenta el grupo de expertos en un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Ahí relatan haber analizado una muestra de 13 cepas de la bacteria E. bugandensis halladas en la Estación Espacial Internacional.
Según los expertos, estas bacterias, típicamente ligadas a una infección del tracto gastrointestinal y que causan una infección seria en neonatos conocida como “sepsis neonatal”, se adaptaron a las condiciones de microgravedad, radiación y un ambiente rico en dióxido de carbono. El resultado fue no solo una mayor resistencia a los antibióticos, sino también un raro comportamiento en el que ayudaron a otras bacterias a sobrevivir.
Este último aspecto no hace más que validar los hallazgos que hicieron un grupo de científicos japoneses en 2020, cuando descubrieron que las colonias de bacterias en el espacio parecen crear una especie de manto protector para garantizar la sobrevivencia de otras bacterias.
Aquel experimento, publicado en Frontiers in Microbiology, daba cuenta de que en colonias de bacterias agrupadas en capas de diferentes grosores, aquellas ubicadas en las capas más bajas lograban sobrevivir a la radiación solar. Ese experimento también se condujo en la Estación Espacial Internacional.
Un experimento de repercusiones clave
En las últimas dos décadas, la Estación Espacial Internacional ha albergado a unos 300 astronautas. Aunque es relativamente normal que los huéspedes lleguen con su propia carga bacteriana, este es el primer estudio que analiza las repercusiones de condiciones extraterrestres, como una mayor radiación o la microgravedad, en bacterias propias de la Tierra.
Los científicos no tienen claro aún cómo es que estas bacterías podrían afectar a los tripulantes de la Estación Espacial Internacional y tampoco tienen explorado si estas bacterías podrían significar un riesgo para la población humana en la Tierra. Sin embargo, destacan que sus hallazgos son un primer paso para entender cómo se comportan las bacterias en ambientes extremos, cimentando nuevos conocimientos para la investigación bacteriana.
De paso, no hace más que arrojar nueva evidencia que sugiere que la vida fuera de la Tierra es posible y que está lejos de ser exclusiva de nuestro planeta.
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