En el corazón de casi todas las galaxias hay un enorme agujero negro supermasivo, pero esta galaxia es un poco diferente. No tiene uno, sino dos agujeros negros supermasivos, uno de cada una de las galaxias originales. Uno de ellos tiene 154 millones de veces la masa del Sol, y el otro solo 6,3 millones de veces la masa del Sol, y los dos se encuentran a 1.600 años luz de distancia en sus propios núcleos galácticos.
Una imagen reciente tomada por el observatorio Gemini Sur, que muestra el resultado caótico de una fusión entre dos galaxias espirales hace 1.<> millones de años.
La galaxia resultante, llamada NGC 7727 y ubicada a 90 millones de años luz de distancia, muestra las manchas nubladas de polvo y gas que ahora se arremolinan alrededor del núcleo galáctico. Los brazos de las galaxias espirales han sido separados por las fuerzas gravitacionales de la fusión, dejando tras de sí una forma desestructurada que lleva a esta galaxia a ser clasificada como una «galaxia peculiar». A pesar de su apariencia desordenada, partes de la galaxia recién formada son lugares ideales para la formación de estrellas como bolsas de polvo y gas y atraídas y empujadas juntas.
Sin embargo, esta galaxia no permanecerá en este estado inusual para siempre. Eventualmente, las enormes fuerzas gravitacionales de los dos agujeros negros supermasivos los acercarán cada vez más, y los científicos estiman que los dos se fusionarán dentro de unos 250 millones de años. Este evento monumental enviará ondas en el espacio-tiempo llamadas ondas gravitacionales y creará un agujero negro supermasivo aún más grande.