Fue una maniobra tan singular como arriesgada, que afortunadamente pudimos seguir en vivo a través de internet.
Este martes 20 de octubre, la nave OSIRIS-REx de la NASA descendió sobre el asteroide Bennu, que actualmente se halla a más de 300 millones de kilómetros de la Tierra.
La misión tenía como fin recolectar muestras del asteroide, el cual puede llegar a ser una amenaza para la Tierra durante el próximo siglo, según los astrónomos.
De hecho, se cree que tiene una probabilidad de uno entre 2,700 de impactar a la Tierra durante uno de sus acercamientos para fines del próximo siglo.
La recolección también pretendía encontrar más información sobre Bennu, el cual es considerado una reliquia del Sistema Solar, y puede arrojar datos sobre los precursores moleculares de la vida en nuestro planeta.
Por lo mismo se trató de una misión trascendental la cual se pudo observar a través del sitio oficial Asteroid Mission, pasadas las 18 horas del martes en Estados Unidos.
Difícil descenso
OSIRIS-Rex encendió sus propulsores para salir de la órbita alrededor de Bennu. Luego extendió el hombro, después el codo y la muñeca de su brazo de muestreo que tiene una extensión de 3.35 metros.
Esta herramienta se conoce como Mecanismo de Adquisición de Muestras Touch and Go (TAGSAM).
Así, la sonda espacial atravesó el asteroide mientras bajaba cerca de 805 metros hacia la superficie.
El descenso duró cuatro horas. Luego la nave ejecutó las maniobras que le permitieron apuntar con precisión al sitio donde se llevarían a cabo la toma de muestras, conocido como Nightingale.
Este es uno de los pocos lugares relativamente despejados del asteroide que no cuenta con tantas rocas en su superficie.
La idea de los encargados de la misión era recolectar entre 60 gramos y un kilo de roca.
Luego de apenas unos segundos de contacto, los sensores en OSIRIS-Rex informaron a los controladores que todas las secuencias de muestreo se habían completado con éxito y que la nave ya se había alejado de Bennu, como estaba previsto.
The back-away burn is complete 🛑✅ I'm now moving to a safe distance away from Bennu. pic.twitter.com/bXk2ufSneS
— NASA's OSIRIS-REx (@OSIRISREx) October 20, 2020
«Esta fue una hazaña increíble, y hoy hemos avanzado tanto en la ciencia como en la ingeniería y nuestras perspectivas de futuras misiones para estudiar a estos misteriosos narradores antiguos del sistema solar», señaló Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la Nasa.
Ahora corresponde analizar las muestras recolectadas. Si son suficientes y adecuadas, la nave podrá empaquetarla para regresar con ella a la Tierra en 2023.
De lo contrario, habrá que programar otra maniobra de descenso.
* Actualizada con éxito de la misión