Este viernes 4 de marzo, los restos de un cohete cuya procedencia aún se desconoce chocarán con la cara más alejada de la Luna a 9,300 kilómetros por hora. Esta basura espacial tiene un peso cercano a las tres toneladas y, según los astrónomos, dejará un profundo cráter en la superficie lunar.
Los investigadores primero pensaron que podría tratarse de un Falcon 9 de SpaceX, sin embargo, esta información fue desmentida por la NASA. Posteriormente, los astrónomos aseguraron que el cohete que protagonizará el impacto era el propulsor de un Long March 3C, que se usó durante la misión china Chang’e 5-T1 en 2014.
No obstante, las autoridades de la nación asiática aseguraron que ellos tampoco eran los propietarios del cohete, por lo que ahora nadie sabe a quién pertenece la basura espacial.
El cráter
Lo que sí se sabe es que el impacto dejará un agujero de entre 10 y 20 metros de diámetro, y el polvo lunar que se levantará producto del choque volará cientos de kilómetros desde la superficie de nuestro satélite natural.
“Llevaba mucho tiempo esperando que algo importante llegara a la Luna. Lo ideal sería que impactara en su cara cercana, en un punto en el que pudiéramos verlo”, aseguró el rastreador de asteroides Bill Gray.
Este tipo de incidentes nos invita a reflexionar sobre la gran cantidad de objetos hechos por el ser humano que flotan en el espacio de manera descontrolada, lo que podría aumentar con la aparición de más empresas aeroespaciales.
Sobre este tema, Jonathan McDowell, investigador del Centro de Astrofísica de Harvard y del Instituto Smithsoniano, señala:
“Estamos en una época en la que muchos países y empresas privadas están poniendo cosas en el espacio profundo, así que es hora de empezar a hacer un seguimiento”.