Encontrar vida extraterrestre es uno de los afanes de la humanidad. Para ello, un grupo de científicos desarrolló una herramienta nueva llamada Assembly Theory (Teoría de ensamblaje).
La investigación fue realizada por la Universidad de Glasgow en conjunto con la NASA, y se trata de un método publicado en Nature: mediante lo que se llama espectrometría de masas, se analiza qué tan compleja puede ser una molécula.
A mayor complejidad de la molécula, menores son las posibilidades de que haya surgido por generación espontánea y por lo tanto es probable que esa molécula sea producto de un proceso evolutivo.
Para el análisis de la molécula, esta se rompe en muchas partes y luego se contabiliza el número de porciones únicas resultantes; los científicos aseguran que moléculas terrestres con números muy altos de partes únicas solo existen debido a la evolución que se ha dado en el planeta.
De acuerdo con el investigador Lee Cronin de la Universidad de Glasgow, el método presentado “se basa en la idea de que solo sistemas vivos pueden producir moléculas complejas cuya existencia no se puede atribuir a un evento espontáneo”. De esta manera, asegura Cronin, “podemos omitir el problema del diseño de la vida para enfocarnos en la complejidad de los procesos químicos”.
Por otra parte, este método permite descartar cualquier falso positivo, lo cual “es vital para apoyar el primer descubrimiento de vida fuera de la Tierra”, que según Lee Croni ocurrirá solo una vez en la historia de la humanidad.
Este método se suma a otros que han desarrollado científicos y cuyo fin es saber si fuera del sistema solar hay rastro de algún tipo de vida, inteligente o no.