El sitio Science Times recopiló algunos de los mejores productos descubiertos o inventados accidentalmente. Se trata de objetos que podemos ver en nuestras casas, en nuestras oficinas y hasta en nuestras propias habitaciones.
Curiosamente, no todas las cosas se crean o se descubren con un propósito. Muchos de los objetos surgieron azarosamente, como los que describimos a continuación.
Play-Doh
Se dice que esta plastilina, un clásico de todos los tiempos para los niños, fue inventada accidentalmente en la década de los 50 por Joseph y Noah McVicker, mientras intentaban hacer un limpiador de papel tapiz.
Un año después, fue comercializado por Rainbow Crafts, un fabricante de juguetes. Desde entonces, se han vendido más de 700 millones de libras de esta famosa marca de arcilla desde su invención, aunque la receta se ha mantenido en secreto. Hasta ahora.
Papas fritas
¿Eres uno de los que no pueden comer solamente una papa frita? El chef George Crum de Nueva York tiene parte de la culpa En 1853, harto de las quejas de uno de sus clientes que aseguraba que sus papas no estaban lo suficientemente crujientes, cortó las papas en rodajas lo más finas posible, las frió en grasa caliente y las roció con salsas. Finalmente, al cliente le encantaron. Lo que entonces se llamaba “Saragota Chips” se convirtió en un alimento famoso en Nueva Inglaterra y en todo el mundo.
Notas autoadhesivas (Post-It)
Arthur Fry conceptualizó por primera vez este pequeño trozo de papel con un adhesivo en la parte posterior. Era su técnica para sostener los marcadores en su himnario del coro de su iglesia.
Fry estaba al tanto de un adhesivo creado accidentalmente, a finales de los 60, por Spencer Silver, un compañero de trabajo en la empresa 3M. Al principio, 3M tuvo dudas sobre la rentabilidad de las notas, pero en 1980 introdujo el producto en todo el mundo. En la actualidad, estas famosas notas adhesivas se comercializan en más de 100 países.
Horno microondas
En 1945, Percy Spencer estaba haciendo un experimento con un nuevo tubo de vacío conocido como “magnetrón”, mientras realizaba una investigación para Raytheon Corporation. Se sintió intrigado cuando una barra de chocolate dentro de su bolsillo comenzó a derretirse. Intentó un experimento más, esta vez con palomitas de maíz. Cuando comenzaron a aparecer, Spencer descubrió inmediatamente el potencial de este innovador proceso.
Luego, en 1947, Raytheon construyó el primer horno microondas llamado Radarange con un peso de 750 libras. Por su peso, tamaño y alto precio, fue poco interesante para los consumidores. Sin embargo, a finales de los 60, introdujo una edición de encimera de 100 voltios a un precio mucho más asequible, $495 dólares. Sería un éxito.
Sacarina
Este edulcorante artificial fue descubierto por accidente en 1879 por el químico Constantine Fahlberg, un investigador que entonces trabajaba en el laboratorio del profesor Ira Remsen en la Universidad Johns Hopkins.
El descubrimiento se produjo después de que Falhberg trabajara con ácido anhidroortosulfaminebenzoico y olvidara lavarse las manos para ir a almorzar. Fue entonces que sintió que el pan que comía sabía extraordinariamente dulce.
En 1880, Fahlberg y Remsen publicaron conjuntamente el descubrimiento, pero en 1884, Fahlberg obtuvo una patente y comenzó a producir sacarina en masa sin Remsen.
El uso de este edulcorante artificial no se generalizó hasta que se restringió el azúcar durante la Primera Guerra Mundial. Su prominencia aumentó en las décadas del 60 y 70, con la fabricación de los refrescos dietéticos.