El 16 de abril de 1975, es decir, un día como hoy hace 46 años, Sony lanzó Betamax, considerado un formato pionero en el mercado de la videograbación hogareña. De alguna manera, el cine por fin llegaba a casa gracias a la compañía japonesa y eso resultó revolucionario.
Sony fue el único en este ámbito durante un año, hasta que se lanzó el VHS creado por JVC, lo que dio pie a una verdadera guerra de formatos.
Con el tiempo, la balanza se inclinó a favor del VHS. La versión “oficial” dice que, si bien la calidad del Betamax era más alta, este formato resultaba más caro en relación con el propuesto por JVC.
Así, si a comienzos de los ochenta una persona debía invertir cerca de $1,000 dólares para tener un equipo completo Beta, apenas necesitaba gastar unos $400 dólares para disfrutar lo mismo con un VHS.
A la larga, eso pudo haber precipitado la debacle del invento de Sony.
Sin embargo, una suerte de leyenda urbana que se ha popularizado en los últimos años culpa al porno del fracaso del Betamax.
Esto se debe a que Sony tomó la determinación de que las grandes distribuidoras no comercializasen pornografía con su sistema, mientras que JVC sí lo permitió.
Aquella decisión podría haber desencadenado que muchos usuarios y amantes de los videos para adultos terminaran por elegir el VHS en lugar del formato lanzado por Sony.
Cabe recordar que tanto Sony como JVC surgieron en la denominada Edad de Oro del porno o la época del porno chic, registrada entre 1969 y 1984. Una época en la que la pornografía era más aceptada y, de alguna manera, mejor vista, por lo menos comparada con las décadas anteriores.
Ahora bien, siendo sinceros, es muy poco probable que haya sido precisamente la pornografía la responsable de la posterior caída del Betamax, pero al menos queda plantada la interrogante de hasta qué punto tuvo algo que ver, en especial si consideramos que tuvieron que haber existido varios usuarios que sí optaron por el formato de JVC por el sencillo hecho de que les permitía acceder a videos con contenido a para adultos.