Huelgas virtuales de 15 minutos y una paralización para el 22 de marzo anunciaron empleados de Disney en respaldo a la comunidad LGBTQ+. La ley “No digas gay” del estado de Florida y la tibia respuesta de Bob Chapek, director general de la firma, sobre el apoyo financiero a los sectores conservadores que la impulsaron motivaron la iniciativa.
Para los trabajadores, la marca “fracasó por completo” en el manejo de la “amenaza” que esta legislación representa para la seguridad de las diversidades sexuales. “La plana directiva aún no comprende realmente el impacto que esta normativa tiene no solo entre los empleados de Florida, sino en todos los miembros de la comunidad LGBTQ+ de la empresa”, recalcaron.
El gigante del entretenimiento ha sido blanco de cuestionamientos por financiar a los legisladores que empujaron el proyecto de ley, que prohíbe a los maestros de escuelas primarias abordar la orientación sexual o la identidad de género. Desde Pixar, también se le reprochó por invisibilizar en películas y series el contenido relacionado con personajes LGBTQ+.
Los organizadores de las huelgas reconocieron ante The Verge que el ambiente laboral en Disney es de “confusión y preocupación”, y que la motivación de algunos empleados ha caído. Aunque Disney no había reaccionado de manera oficial a la incomodidad de sus colaboradores, los canales internos de comunicación “centrados en el orgullo y la diversidad” han mostrado un notorio aumento en su actividad.