Hoy en día prácticamente todas las empresas de tecnología hablan de una sola cosa: inteligencia artificial. Creen firmemente que cambiará todo tipo de industrias y tendrá un profundo impacto económico —para bien, aseguran—, aunque por ahora su uso masivo se limite a crear imágenes absurdas en internet o eliminar objetos o personas no deseadas de una fotografía. Pero la inteligencia artificial tiene un problema mayúsculo: gasta una cantidad absurda de energía eléctrica.
Empresas como Microsoft o Amazon barajean todo tipo de soluciones, desde construir centros de datos en sitios donde la energía renovable sea barata, como en los países nórdicos, hasta invertir en el desarrollo de pequeñas centrales nucleares. Pero hay otro problema: hacer esas inversiones requiere un gasto que por ahora pueden absorber las empresas más ricas del mundo, pero que tarde o temprano pasará una factura que los usuarios tendremos que pagar.
Me explico. Podemos decir que la inteligencia artificial es relativamente gratuita. Puedes utilizar alguno de los modelos pasados de GPT para producir un guión o un artículo escolar prácticamente sin gastar. Lo mismo sucede con los generadores de imágenes. Sin embargo, esas actividades, posiblemente sumamente banales, generan un gasto similar al de utilizar el aire acondicionado durante 10 horas en la tarifa más alta, según estimaciones de una radiodifusora sueca. Sí, tal vez no es cálculo más ilustrativo, pero aun ubicando ese costo en $1 dólar, podemos decir que se trata de un gasto enorme que será insostenible únicamente desde un punto de vista financiero, porque del ambiental, emitir más CO2 a cambio de una tarea que solemos realizar los humanos, mejor ni hablar.
Pero entonces, ¿si usar la inteligencia artificial tiene un costo tan alto, por qué mayoritariamente es un servicio gratuito? Creo que hay dos factores que lo explican: el primero, creo que somos los beta testers de estos servicios y nadie pagó una suscripción a Netflix por películas mal subtituladas, mal dobladas o que se pausaban a cada rato. OpenAI y el resto de las empresas siguen buscando la killer app de la inteligencia artificial. El segundo factor es que son varias las empresas que están compitiendo por nuestra atención. Volviendo al símil con las plataformas de streaming, todas las plataformas tuvieron costos por debajo del umbral de los $10 dólares mensuales hasta que “la necesidad por usarlos” fue tan sustancial que daba lo mismo desembolsar $10 o $15 dólares simplemente porque lo pagaríamos.
Bueno, creo que ese momento llegará tarde o temprano. No sé realmente cuál podría ser la killer app de la inteligencia artificial, pero creo que la primera industria donde será útil será en la creación de contenido para redes sociales. Los modelos de subtitulaje automatizados son una auténtica maravilla, y en breve comenzaremos a ver modelos capaces de crear videos a partir de un guión. La industria del contenido para redes sociales genera montones de dinero y la inteligencia artificial va a potenciarla.