La NBA publicó el borrador del protocolo sanitario que aplicará a partir de la próxima temporada.
En el documento se puede apreciar la dura postura que la liga privada de baloncesto ha adoptado frente a los jugadores que no se han querido vacunar para evitar el COVID-19.
De acuerdo con lo dispuesto por la NBA, aquellos basquetbolistas que todavía no se vacunan deberán someterse a pruebas de diagnóstico con mayor frecuencia que sus compañeros que sí están inoculados y tener que cumplir con otras normas más estrictas.
Así, con estas nuevas reglas, los no vacunados no podrán comer en la misma sala que un compañero o técnico que sí se vacunó.
Al mismo tiempo, los casilleros serán asignados lo más lejos posible de los otros miembros del equipo y siempre deberán utilizar mascarillas y permanecer a dos metros de distancia de los asistentes en las reuniones colectivas.
Cuando se encuentren en su ciudad, los basquetbolistas que no se han vacunado deberán permanecer en sus residencias y quedarse en los hoteles del equipo cuando estén de gira.
Ellos tampoco podrán visitar sitios de “elevado riesgo”, como restaurantes, bares, clubes, lugares de entretenimiento y espacios al aire libre concurridos.
Por su parte, los jugadores que ya han recibido las dos vacunas no tendrán que someterse a ningún tipo de prueba, salvo algunas excepciones.
Este grupo, que representa 90 por ciento de los deportistas de la NBA, podrá retomar sus actividades habituales sin mayores inconvenientes.
“Que la vacuna sea obligatoria para los jugadores es algo que precisará de un acuerdo con el gremio de jugadores”, señaló el vocero de la competición Mike Bass.
“La NBA ha presentado esta propuesta, pero el gremio ha rechazado toda orden que obligue vacunarse”.