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¿Qué tan importante es una alta frecuencia de refresco pantalla?

Si estás buscando un nuevo monitor, la enorme variedad de opciones disponibles te puede agotar. Junto con una alta frecuencia para actualizar la pantalla, uno de los grandes argumentos de venta de muchos monitores es la resolución mejorada 4K. A menudo, verás dispositivos comercializados con un panel de 120 Hz o 144 Hz. Éste es uno de los rasgos que más confunde al consumidor promedio, ya que el nombre no proporciona mucha explicación y no mejora la precisión o la calidad del color.

La lista de funciones del monitor se amplió para incluir mejores paneles, altas resoluciones y más entradas. Investigar si realmente necesitas todas esas características –especialmente si no eres un gamer— puede ser bastante difícil.

¿Mientras mayor el número, mejor? ¿Necesitas un monitor de 120 o 240Hz? Te explicamos todo lo que necesitas saber para que tomes la mejor decisión.

¿Qué significa realmente Hz?

Una laptop sobre una mesa junto con otras pantallas para explicar que significa actualizar la pantalla
Imagen utilizada con permiso del titular de los derechos de autor

La gente a menudo asume que «120 Hz» tiene algo que ver con el rendimiento, porque parece similar a la forma en que se describen las velocidades de reloj del procesador. De hecho, el término describe una característica un poco diferente: frecuencia de actualización.

La frecuencia de actualización es la cantidad de veces por segundo que una pantalla actualiza su imagen. Dado que el movimiento se muestra por la diferencia entre fotogramas, la frecuencia de actualización coloca efectivamente un límite duro en la frecuencia de fotogramas que es visible.

Dicho esto, la frecuencia de actualización no es lo mismo que la frecuencia de fotogramas. La frecuencia de actualización es un atributo del monitor, mientras que la frecuencia de cuadros es un atributo de la información que se le envía. Tienen que ponerse de acuerdo sobre lo que se muestra en la pantalla.

Si puedes ejecutar un juego a 100 fps (cuadros por segundo, por sus siglas en inglés), verás un beneficio tangible al jugarlo en un monitor que puede actualizarse tantas veces por segundo. Pero, si estás viendo una película a una velocidad clásica de 24 fps, una pantalla con una frecuencia de actualización más alta no hará ninguna diferencia.

Resolución de movimiento

Una imagen borrosa de un hombre acompañando a una mujer con un paraguas abierto
Imagen utilizada con permiso del titular de los derechos de autor

Si tu computadora puede jugar un juego a una velocidad de fotogramas lo suficientemente alta como para que coincida con un monitor de 120 Hz o 240 Hz, verás un cambio notable en la nitidez percibida de una imagen en movimiento.

El desenfoque se produce debido a cómo el cerebro humano procesa el conjunto de cuadros individuales que muestra un monitor. El cerebro difumina la serie de imágenes –para crear una en movimiento sensible— pero se pierden algunos detalles en el camino.

Una frecuencia de actualización mayor ayuda a disminuir ese desgarre de imagen al proporcionar a nuestros cerebros más información para actuar, lo que a su vez reduce el desenfoque percibido.

Sin embargo, el hardware de la computadora y nuestro cerebro tienen una especificación diferente. Algunas personas notan de inmediato la diferencia entre una pantalla de 60 Hz y una de 120 Hz, mientras que otras no pueden observar por qué están todos preocupados. La diferencia entre 120 Hz y 240 Hz es aún más sutil.

Nuevamente, depende mucho de lo que esté haciendo tu computadora. Los jugadores notarán imágenes más nítidas durante la acción rápida, y mover un mouse puede “sentirse” muy suave en comparación con una pantalla de 60 Hz típica.

Cuando te desplazas rápidamente por una página web, también puede verse un poco más fluida, pero al mirar videos en línea y responder correos electrónicos, no verás ninguna ventaja.

Rasgado de la pantalla

Captura de pantalla de un juego donde se observa en la parte superior el desgarro de pantalla
Imagen utilizada con permiso del titular de los derechos de autor

Las frecuencias de actualización y las velocidades de fotogramas son cosas muy diferentes, y a menudo pueden no coincidir. Ahí es cuando puede ocurrir algo llamado desgarro de la pantalla.

Suele suceder cuando la tarjeta de video de una computadora está lanzando cuadros a una velocidad muy superior a la frecuencia de actualización del monitor conectado a ella.

Debido a que se envían más cuadros de los que el monitor puede procesar, a veces se muestran “medios cuadros” juntos en la pantalla (por ejemplo: la mitad superior del cuadro 5 y la mitad inferior del cuadro 6, en una sola imagen), manifestándose como una división obvia entre dos partes, ninguno de los cuales parece alinearse correctamente con el otro. Es un problema de distracción que incluso, el espectador menos sensible suele notar.

En los juegos que no son particularmente exigentes, las velocidades de fotogramas a menudo pueden superar los 100 fps. Sin embargo, una pantalla de 60 Hz solo se actualiza 60 veces por segundo. Esto significa que los jugadores no se benefician por completo de la capacidad de respuesta mejorada de la velocidad de fotogramas más alta y pueden notar un desgarro a medida que la pantalla no puede seguir el paso a las imágenes que la computadora envía.

Una pantalla de 120 Hz se actualiza dos veces más rápido que una de 60 Hz, por lo que puede mostrar hasta 120 fps, y una de 240 Hz puede manejar hasta 240 fps. Esto eliminará el desgarro en la mayoría de los juegos.

Las tecnologías de sincronización de cuadros como V-Sync, Freesync y G-Sync también ayudan a evitar el desgarro de la pantalla, pero tienen sus propios inconvenientes. V-Sync limitará el rendimiento. Freesync y G-Sync, por su parte, necesitan combinaciones específicas de tarjeta de video y hardware de monitor. Estas tecnologías están mejorando, pero aún requieren algunas opciones clave sobre las GPU y las pantallas.

Respuesta de entrada

Dos jóvenes sentados jugando con controles en la mano, en una sala de juego azul con una pantalla al fondo.
Aurelien Meunier/FIFA/Getty Images

La frecuencia de actualización de un monitor tiene un impacto en el retraso de entrada. Una pantalla de 60 Hz, por ejemplo, nunca tendrá un retraso de entrada visible por debajo de 16.67 ms (milisegundos), porque esa es la cantidad de tiempo que pasa de una actualización a la siguiente.

En una pantalla de 120 Hz el retraso de entrada es la mitad de ese tiempo, 8.33 ms, y una de 240 Hz lo reduce aún más, a 4.16 ms.

Disminuir el retraso de entrada en menos de 10 ms puede no parecer significativo, y para muchas personas –incluidos los gamers— no lo es. Sin embargo, vale la pena eliminarlo en los juegos muy competitivos, sobre todo a quienes les gusta que se sientan lo más fluidos posible. Esto es, otra vez, un problema que algunos notarán y otros no.

¿Realmente necesitas un monitor de 120 Hz o 240 Hz?

En resumen, si eres un gamer, argumentaríamos que verías un beneficio mayor al cambiar a un monitor de alta frecuencia de actualización, que al actualizar a 4K, ya que tener ambos puede ser excesivamente costoso y gravoso para tu hardware. Las pantallas de 120 Hz o 144 Hz hacen que los juegos sean más suaves, sin rasgaduras y con menos retraso de entrada.

Si es posible, intenta encontrar un monitor de 120 Hz en una tienda. Muchos tienen equipo en exhibición para mostrar las características. También, puedes basarte en experiencias propias, si inmediatamente notas un retraso o imágenes borrosas, probablemente notarás la diferencia. Sin embargo, las personas que nunca han tenido ese tipo de problema pueden no ver una gran mejora.

Si no eres un gamer, cambiar a una pantalla de alta frecuencia de actualización es mucho menos importante. Si bien la mejora en la resolución de movimiento es visible, su beneficio a menudo es difícil de notar.

Los televisores, que también anuncian paneles de 120 Hz o 240 Hz, mejoran aún más la calidad del movimiento con procesadores de imagen que cambian la entrada que se les envía. Muchos incluso pueden agregar fotogramas, aumentando efectivamente la velocidad de imágenes del contenido.

Los monitores, sin embargo, generalmente no tienen procesador; la entrada enviada es lo que se muestra. Esto minimiza el beneficio del panel al observar contenido de video. Una frecuencia de actualización mejorada tampoco garantiza la eliminación de «efecto fantasma», un defecto común en las pantallas LCD que hace que los objetos en movimiento dejen uno o más rastros débiles detrás de ellos.

En última instancia, los consumidores que no juegan tendrán dificultades para notar la diferencia. Nuestra recomendación, en todo caso, es invertir su dinero en una calidad de imagen superior, en lugar de mejorar el rendimiento del movimiento. Hay muchas pantallas IPS excelentes en el mercado que se basan en paneles de 60 Hz, pero que son superiores a la mayoría de los monitores de 120 Hz.

Jose Luis Plascencia
Ex escritor de Digital Trends en Español
Con especialidad en computación, laptops y televisores, José Luis Plascencia tiene más de 25 años de experiencia en el…
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