La nueva oferta de Samsung, que utiliza tecnología orgánica de diodos emisores de luz, puede ser usada en dispositivos portátiles, productos del Internet de las Cosas (IoT), y en los paneles de información y entretenimiento de los autos.
“Aunque las pantallas flexibles OLED actuales pueden ser transformadas en un solo lado, estas pueden ser transformadas en ambos lados, arriba y abajo”, dijo un portavoz de Samsung Display en un comunicado.
Según el diario Korea Herald, la tecnología todavía está en la primera etapa de investigación y desarrollo por lo que la empresa no está segura de cuándo se comercializará.
Una posibilidad es que sea usada en un futuro teléfono. En abril, ET News y otros medios informaron que Samsung produjo un número limitado de teléfonos llamados Project Valley, un prototipo de dos pantallas flexibles de 5 pulgadas unidas por una bisagra. Samsung planea fabricar entre 2.000 y 3.000 unidades en el primer semestre de 2017, en anticipación a una prueba piloto con «decenas de miles» de prototipos.
Además, Samsung está desarrollando un teléfono inteligente con una pantalla que envuelve por completo el dispositivo. Pero la empresa se enfrenta a problemas con su proceso de laminación ya que envolver los cuatro lados del teléfono con la pantalla crea un “lado ciego” en cada esquina que no responde al tacto.
Mientras tanto, la competencia no está cruzada de brazos. El Xiaomi Mi Mix 2, el sucesor del Mi Mix del año pasado, se jacta de tener una proporción entre pantalla y cuerpo de 93 por ciento, y tanto el Nubia Z11 de ZTE como el R9 de Oppo tienen relaciones de pantalla a cuerpo por encima de 74 por ciento. En un evento en junio de 2016, Lenovo mostró un concepto de teléfono que utiliza una pantalla flexible que se dobla y se convierte en un reloj de pulsera. En el Consumer Electronics Show de enero, LG Display mostró un prototipo de pantalla de 18 pulgadas que se enrolla como una hoja de papel.
Las pantallas flexibles y curvas son un negocio con un gran potencial. Analistas de la firma de investigación IHS, con sede en Londres, estiman que las ventas de pantallas flexibles llegarán a $15,700 millones de dólares en 2020, frente a los $5,300 millones de dólares en 2017.
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