Ni un minuto para lamerse las heridas, ni una mirada hacia atrás: Huawei ha afrontado una crisis sin parangón y ha optado por mostrar un gran músculo en su más reciente evento, recordando por qué ha sido una de las marcas líderes en el mercado de la telefonía. Únicamente se ha referido su CEO a «dificultades» para luego bombardear a la audiencia con todo un alarde de despliegue tecnológico y hasta se ha permitido burlarse de sus rivales en determinadas situaciones.
¿Qué busca exactamente el mercado? Un teléfono puntero, que tome excelentes fotografías e incorpore no solo todas las innovaciones ya presentes en la industria, sino que añada ese ingrediente extra que marca realmente la diferencia. Tras la extensa y densísima presentación, uno puede sentirse apabullado ante la avalancha de funciones, características y datos con los que Huawei ha tratado de deslumbrar a los presentes. No es exactamente la imagen de una marca derrotada ante las circunstancias, sino más bien al contrario: un fabricante que quiere situarse a la vanguardia del sector. Aunque, eso sí, la presentación ha pecado de estar excesivamente cargada de contenido.
No vamos a repetir todas las novedades presentadas (si te interesan, puedes revisar nuestro artículo sobre lo más relevante del evento), pero sí resumir las bases sobre las cuales apuntala Huawei su presente y futuro.
Arriesgando en la interfaz de usuario
Estar fuera del paraguas de Google (el nuevo Mate 30 Pro carece de los Google Mobile Services) sin duda puede derivar en una situación de pánico para un fabricante cuyo catálogo se mueve únicamente en el ecosistema Android, pero parece que el miedo se espanta al pegar un grito bien fuerte y eso es lo que ha hecho Huawei. «¿Miedo yo? ¡Ninguno! Para demostrarlo, voy a enseñar algo realmente nuevo», es lo que parece haber dicho el fabricante chino. (Conviene recordar, además, que la firma ha garantizado que el teléfono contará con todas las apps necesarias para cuando salga a la venta y menciona esta situación como “temporal”).
Parece que el miedo se espanta al pegar un grito bien fuerte y eso es lo que ha hecho Huawei.
Y lo ha hecho presentando una interfaz muy arriesgada: eliminando los botones físicos para la toma de fotos y el control del volumen, un paso que ninguno de sus rivales se ha atrevido a dar.
¿Cómo es esto? Se trata de sustituir los pulsadores mediante software, algo que, evidentemente, ofrece sus ventajas: se simplifica el diseño del hardware, al tiempo que el usuario puede ubicar el pulsador del disparador de la cámara donde le plazca. ¿Qué nos da miedo de esta medida? No hace falta que te recordemos que el software suele fallar y si eso ocurriera en un aspecto tan crítico como el control del volumen o la toma de fotos, podría resultar más que frustrante. El tiempo lo dirá.
El Mate Pro 30 te «ve»
Otra de las sensaciones que deja la presentación —que ha superado de largo la hora y media— es que Huawei ha querido ir un paso más allá que sus rivales en prácticamente todos los terrenos. ¿Por qué decimos esto? Pongamos el ejemplo del FaceID de Apple en el ecosistema iOS: el Mate Pro 30 propone algo semejante, pero además con un sistema que parece, sobre el papel, más inteligente. En la demostración, este sistema de identificación facial opera de una forma semejante al Face ID de Apple, pero yendo un paso más allá puesto que oculta las notificaciones si detecta que hay otra persona detrás.
Igualmente, el fabricante aprovecha esta cámara frontal para presentar un curioso sistema de seguimiento, que hace que no sea necesario rotar el teléfono para adaptar la pantalla a la posición de la persona que lo mira. Es decir, si el usuario gira la cabeza, la pantalla le «ve» y rota el contenido acompañando este movimiento, de una manera similar a las pantallas inteligentes Portal de Facebook. ¿Una mejora imprescindible? No lo sabemos, pero está claro que se trata de un paso innovador y eso se agradece en un segmento tan saturado de nuevos modelos y prestaciones.
Un hardware sobresaliente
Huawei nos ha recordado, asimismo, que se trata de un fabricante de primer nivel con los acabados y gamas presentados: pantalla infinita en el Mate Pro 30 y mucho cuero, además de un modelo diseñado en colaboración con Porsche Design que supera los €2,000 euros (aproximadamente $2,210 dólares), un guiño claro hacia el segmento premium del mercado, el que más dinero y márgenes puede proporcionar a una marca de móviles.
El fabricante chino ha logrado, por otro lado, algo que no resulta muy fácil de alcanzar: que este teléfono llame la atención a simple vista, que no parezca algo vulgar sino todo lo contrario: un producto de primer nivel dispuesto a batirse el cobre con los Samsung y Apple. ¿Hay más? Ya lo creemos: mucho más y, de hecho, uno tiene la sensación de que esta presentación daba de por sí para un par de entregas monotemáticas en productos y funciones.
Procesador Kirin 990, un 5G en pruebas mucho más rápido y con un consumo de recursos más eficiente, una batería de carga rápida y con Reverse Charge para repostar la energía de los audífonos (sí, también se presentaron y con cancelación de ruido), una nueva versión de su reloj inteligente, un televisor inteligente que no quieren que sea llamado así… No vamos a volver a caer en la trampa de Huawei y nos quedamos con el resumen más complejo: este fabricante no solo mantiene su velocidad crucero, sino que apura el paso. ¿Le irá bien o no? Esa respuesta también la tenemos clara: poco importará, porque seguirá por la senda de la innovación como solución a todos los problemas. Y nos encanta.