¿Podrían utilizarse ratones genéticamente modificados para olfatearlo todo, desde minas terrestres y otros explosivos, hasta enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson?
Pues este es el objetivo de un nuevo proyecto en el cual trabajan el Hunter College de New York, todo bajo la dirección del neurobiólogo Paul Feinstein. Este científico ha ocupado de buena parte de su carrera en explorar la manera en la cual los receptores del olor se forman en la superficie de las neuronas, todo en el marco del llamado sistema olfativo. Cada neurona olfativa tiene un único receptor especializado en un olor particular. La idea de Feinstein es que los ratones podrían desarrollar un receptor de olores especialmente poderoso, dándoles una capacidad olfativa de hasta 100 veces superior a la esperable.
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“Una gran cantidad de enfermedades provocan olores en su cuerpo, algunos de los cuales pueden ser detectados, mientras que muchos otros no”, ha dicho Feinstein a Digital Trends (Inglés). “Por ejemplo, sabemos que existe un olor determinado en la tuberculosis. APOPO, una organización sin fines de lucro que trabaja en África, utiliza ratas que buscan específicamente el olor de la tuberculosis, al igual como se pueden buscar minas terrestres. Lo que queremos hacer es tomar estos roedores y hacer que presten atención, que estén más inclinados a reconocer algún olor en particular”.
Para hacer a los ratones mejores en este olfateo específico, Feinstein y sus colegas desarrollaron una cadena de ADN que puede ser inyectada en un óvulo fertilizado de ratón, haciendo posible que este roedor desarrolle al nacer una mayor cantidad de neuronas olfativas..
En este momento, el trabajo de Feinstein se encuentra todavía en etapa de investigación. Sin embargo, a mediano plazo se cree que este trabajo podría ser utilizado para crear una especie de ‘archivo-chip-nasal’. “Queremos crear una especie de biblioteca de los olores percibidos por los ratones; extraer luego las células que perciben estos y ponerlas luego en un chip, el cual podrá percibir las señales olfativas cuando las sienta en el ambiente”.
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Este trabajo podría tener una amplia gama de aplicaciones. “Si podemos crear una gran gama de receptores a partir de los mismos sensores de los ratones, y llevarlos a una plataforma tecnológica como lo sería un chip, podría usarse como una herramienta que perciba olores específicos ligados a un sinnúmero de enfermedades”. Y agrega: “Pensamos que esto permitiría emitir diagnósticos sin tener que recurrir a otras técnicas invasivas, como lo son las muestras de sangre, saliva, orina o sudor. Podría ser una herramienta de diagnóstico muy efectiva en el comienzo de alguna enfermedad”.