Durante mucho tiempo se ha buscado la manera de crear una piel sintética que permita sentir la presión y la sensibilidad de la manera más real para ayudar a los robots a estar en contacto con el mundo que les rodea.
El problema es la demanda de energía y el gasto de esta «piel inteligente». Aunque los robots pronto podrían ser más eficientes energéticamente y más rentables, gracias a un grupo de investigadores que han desarrollado una piel inteligente y sintética, más sencilla y barata.
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Esta piel la ha desarrollado un equipo dirigido por Mayue Shi, quien ha diseñado los sensores para reconocer el contacto y la fuerza de la interacción, características que no son nuevas en las pieles inteligentes.
Un grupo de investigadores surcoreanos han desarrollado una piel que puede detectar grados de humedad y, durante años, las pieles inteligentes patrocinadas por DARPA se han desarrollado para registrar la presión de la manera más sensible posible, como las huellas dactilares humanas.
Sin embargo, estos diseños anteriores eran caros. A mayor sensibilidad, más cables, más electrodos y mayor coste.
Pero Mayue Shi y su equipo aseguran que su piel sintética puede detectar con precisión la ubicación de la presión y el contacto con un menor número de terminales sensibles al tacto y menos consumo de energía.
Mediante el efecto turboeléctrico -que se crea a partir de la fricción de dos materiales en contacto- los cuatro electrodos de nanocables de plata pueden alcanzar una resolución de sólo 1,9 milímetros. Otros diseños requieren 36 electrodos para lograr una sensibilidad similar.
A pesar de su diseño, relativamente simple, los investigadores dicen que esta piel inteligente de plástico ultrafino puede percibir incluso el ligero toque de una abeja. A esto se le añade la durabilidad de la piel. Los investigadores aseguran que puede mantener la misma sensibilidad después de más de 30.000 interacciones.
El equipamiento de las máquinas con esta piel sintética sensible es el siguiente paso lógico para conectarlas con el mundo real.
Pero no sólo eso. También las pieles inteligentes pueden ayudar a los seres humanos. Con las prótesis, las personas pueden interactuar con su entorno, pero no sienten su entorno. Si embargo, con las prótesis recubiertas con esta piel inteligente sencilla y asequible podría ofrecer a más personas este sentido del tacto, que muchos de nosotros damos por sentado.