El deportivo eléctrico ID. R de Volkswagen sorprendió a todo mundo cuando estableció el récord general en el Pikes Peak International Hill Climb en Colorado. Ahora, la compañía apunta a un objetivo aún más grande: el circuito de Nordschleife, del autódromo germano de Nürburgring, para intentar establecer un nuevo récord de vuelta para los autos eléctricos.
Digital Trends estuvo en los pits siguiendo todos los preparativos y conversando con algunos de los ingenieros que trabajan incansablemente para hacer historia. Triunfar sobre el asfalto del comúnmente llamado “Infierno Verde” le da a cualquiera el derechos a fanfarronear. “Es por eso que elegimos este lugar: es la pista más difícil”, dijo el director de Volkswagen Motorsports, Sven Smeets. “Si puedes ganar aquí, no necesitas ganar en ningún otro lugar”, sentenció.
El ID. R fue construido específicamente para romper el récord de los eléctricos en Pikes Peak, por lo que Volkswagen no podía simplemente enviarlo a Alemania y pedirle al piloto francés Romain Dumas que lo manejara. “(Nordschleife) tiene una longitud muy similar, por lo que cualquiera podría pensar que ambos trazados se parecen mucho, pero no es así”, complementó el director técnico de Volkswagen Motorsport, François-Xavier Demaison, antes de develar la nueva versión de la máquina a los medios de comunicación.
Su equipo de ingenieros enfrentó varios desafíos técnicos durante el proceso de desarrollo del carro. El último alerón trasero tenía sentido con el aire de la alta montaña de Colorado, ya que generaba la cantidad máxima de carga aerodinámica para mantener el auto pegado al piso. Pero en Nürburgring la pieza crearía demasiada resistencia, lo que frenaría al automóvil. En consecuencia, los ingenieros rediseñaron su perfil aerodinámico, con lo que el alerón ahora es notablemente más pequeño y se ha reubicado más cerca del difusor de aire.
Hay más de lo que se ve a simple vista. “El secreto de la eficiencia aerodinámica del automóvil está debajo de él», afirmó Willy Rampf, uno de los asesores técnicos del proyecto, no obstante algunos detalles permanecerán en secreto. La firma también realizó modificaciones en el tren motriz para ayudar a que el ID. R alcance velocidades asombrosas de hasta 168 mph (270 kph) en las rectas. Y si bien ninguno de estos avances ha llegado a los modelos de producción, las lecciones aprendidas en el proyecto ayudarán a Volkswagen en el desarrollo de sus eléctricos del futuro.
“Es el embajador de la familia ID. Es el hermano mayor de todo los que están por venir”, insinuó un sonriente Rampf. El conocimiento adquirido en el campo de la gestión de baterías es particularmente valioso, aportó Sven Smeets.
El ID. R utiliza dos motores eléctricos, uno de los cuales acciona cada eje, que producen una potencia combinada de 680 caballos de fuerza y 479 lb/ft (649 Nm) de torque. El tren motriz eléctrico le dio una ventaja en Pikes Peak al I.D. R, donde la altitud reduce el oxígeno y, por lo tanto, reduce el poder de los motores de combustión interna. Volkswagen no tendrá esa ventaja en Nürburgring. Incluso podría ser a la inversa debido a su pesado paquete de baterías. El carro pesa 2,400 libras (1,089 kilos), en comparación con las 1,871 libras (849 kilos) del Porsche 919 Evo.
Al menos Volkswagen seguirá con el piloto Romain Dumas, quien estableció el récord en Pikes Peak. En su condición de cuatro veces ganador de la carrera de 24 horas de Nürburgring, está familiarizado con la pista.
Durante la preparación, Volkswagen probó el ID. R en varias pistas de todo el mundo y construyó un simulador para tener una mejor idea de cómo abordará el próximo desafío en Alemania. Ponerlo a punto sin probarlo realmente en terreno fue posible gracias a una tremenda cantidad de datos, procesamiento de los mismos y no menos inventiva humana.
“El auto tiene unos 1,000 sensores que transmiten datos. También nos basamos en las reacciones corporales de Romain para lograr la mejor configuración posible”, explicó Demaison. Las pruebas comenzaron el 25 de abril y Smeets aseveró que todo va relativamente bien. El equipo identificó las áreas que aún necesita mejorar. El intento de récord oficial tendrá lugar durante el verano boreal, un rango que le da al equipo tiempo necesario para prepararse, mientras el cielo se despeja.
Smeets evitó referirse a los primeros tiempos registrados en Alemania, pero lució rápido. Eso sí, no es tan silencioso como imaginábamos. No ruge como un V8 con doble turbocompresor, pero sí que el zumbido de sus motores de nave espacial se hace oír.
Volkswagen saldrá a la pista para intentar romper la marca que actualmente está en poder de la firma china Nio. El EP9 de la startup asiática registró un tiempo de 6:45.9 en 2017. El EP9 es técnicamente un auto de carretera, pero Nio solo construyó 16 de ellos, a un precio de $1.4 millones de dólares cada uno. Según un informe de Autocar de diciembre de 2018, las simulaciones internas de Volkswagen indican que el ID. R será mucho más rápido que el EP9.
Mientras tanto, Volkswagen le está dando a los fanáticos la oportunidad de romper el récord antes de que Dumas se suba al carro, pues se asoció con RaceRoom para desarrollar un simulador de que se puede descargar en línea gratuitamente. Se disfruta mejor cuando se usa un volante y pedales, y también es compatible con las gafas de realidad virtual.