Hace un año, aproximadamente, asistí a la presentación del Toyota Supra; en su momento, lo bauticé como el hijo ilegítimo de BMW y Toyota. Hoy, mi concepto de este deportivo no se ha modificado, sigue siendo el producto de un matrimonio que no entendemos.
Ambas firmas automotrices se unieron para “procrear” esta máquina. La pregunta que surge es: ¿por qué?
Manejamos la versión 3.0 del 2021; no mucho ha cambiado: por dentro es un BMW, por fuera es un auto digno del drifting. Lo que sí encontramos innovador es que a la versión Premium se le ha puesto una pintura exterior gris mate, es decir, opaca, por lo que luce bastante atractiva; eso sí, se vuelve un problema a la hora de limpiarlo. Se nos dijo que no se puede llevar al autolavado —se tiene que lavar a mano—, tampoco se puede encerar, ya que la mayor parte de los productos para este proceso da brillo (en este caso, se trata de que lo opaco luzca).
Existe un producto especial para este tipo de acabados, pero no lo encontramos en las tiendas de autopartes ni en almacenes como Walmart; se tiene que ordenar por Amazon. Como el préstamo del vehículo fue por una semana, no valía la pena intentarlo.
Pasemos al motor, que es donde brilla el auto. La versión 3.0 integra uno de seis cilindros, con un solo turbo que producen 382 caballos de fuerza, además, tiene barras estabilizadoras por encima del motor para mejorar el agarre. El torque es de 368 libras-pie. Existe una versión 2.0 de cuatro cilindros con 255 caballos de fuerza, pero ¿para qué? No tiene caso: este auto es para acelerar a fondo y dejar a todos mordiendo el polvo.
En su interior, como ya lo mencionamos, es un BMW en toda la extensión de la palabra; aunque los emblemas son de Toyota, todo el sistema de infotainment y el tablero de instrumentos son de la marca germana. Lo mejor es el Apple CarPlay inalámbrico, típico de los bimmers, aunque también incluye Android Auto.
A pesar de que solo está diseñado para dos pasajeros, el deportivo resulta bastante cómodo para viajes largos.
Es un auto de nicho, solo para conocedores de la historia del Supra, un modelo que desapareció por algún tiempo; los fanáticos pidieron su regreso y el deseo se les cumplió. El modelo Supra 3.0 Premium, el que manejamos, cuesta $59,150 dólares, precio que considera el sistema de ayuda al conductor y espejos laterales con cubierta de fibra de carbono.
En general, el paquete de este coche nos encantó y, de nuevo, no es para todos los paladares. Es un deportivo japonés con ancestros alemanes.