Las alianzas se están convirtiendo en norma en la industria de los vehículos autónomos. Toyota los está desarrollando unilateralmente, pero también está trabajando con Uber y ahora ha forjado un convenio con una startup china. Se trata de Pony.ai, que colaborará también en la búsqueda de usos comerciales para dicha tecnología.
El objetivo de la asociación es «proporcionar servicios de movilidad segura para todos» utilizando automóviles autónomos, según un comunicado de prensa de Pony.ai. La firma lanzó una foto de un Lexus RX, la marca de lujo de Toyota, equipado para ser guiado por inteligencia artificial. Aunque ninguna de las compañías ofreció detalles del proyecto, Automotive News informó que el carro será puesto a prueba en las vías públicas de Beijing.
Pony.ai ha operado un programa piloto de viajes compartidos en la ciudad china de Guangzhou desde 2018, brindando viajes a sus clientes a bordo de sus prototipos sin conductor. En junio, la empresa recibió un permiso para probar este tipo de vehículos en las vías públicas de California. De momento, ni Pony.ai ni Toyota han revelado intenciones para experimentar dichos avances en las calles de Estados Unidos.
Toyota es uno de los fabricantes más activos en términos de carros autoguiados. Previamente, firmó un acuerdo de colaboración con la tecnológica china Baidu para el desarrollo de la plataforma de software de conducción autónoma de código abierto Apollo. El gigante japonés también está invirtiendo en el programa de autos sin conductor de Uber basado en su miniván Sienna.
El constructor asiático también tiene una hoja de ruta propia, que aborda desde varios flancos. Por ejemplo, está trabajando en un sistema llamado Guardian, que actúa como un respaldo de seguridad para los conductores humanos, pero también está testeando estrategias para reemplazar los automóviles de propiedad privada.
Una de sus últimas novedades fue el e-Palette, un vehículo eléctrico que se puede utilizar tanto para viajes compartidos como para servicios de entrega. Estrenado en CES 2018, el modelo tendrá su prueba de fuego en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020, aunque con un operador humano a bordo.