Llamado GT4586, el proyecto de Ryan Tuerck comenzó en realidad hace tiempo, cuando quitó cuatro cilindros en línea de 2.0 litros del Toyota 86 (205 caballos de fuerza), y con un poco de trabajo de tuercas —o billetera lo suficientemente gruesa— pudo meter allí un 2.5 litros del Subaru WRX STI de 305 caballos.
Pero no pareció quedar conforme.
Entonces, ya dispuesto a lo que fuese, Tuerck se decidió a poner el V8 de 4.5 litros de un Ferrari 458 en su humilde 86. Estos ocho cilindros generan 570 caballos de fuerza a 9,000 rpm y 398 libras-pie de torque al 6,000 rpm. La suficiente potencia como para satisfacer incluso al dueño más exigente.
La labor de meter un V8 en un compartimiento diseñado para un motor plano de cuatro cilindros requirió de una lista casi infinita de modificaciones. Por ejemplo, Tuerck y su equipo tuvieron que cortar la chapa justo debajo del parabrisas. Debido a que no es legal en las calles, la solución los obliga a esperar a esperar (o a rezar) que no llueva, ya que el limpiaparabrisas tuvo que salir volando de allí.
También construyeron cabeceras personalizadas para que el motor sonara tan bien como lo hacía en un Ferrari, diseñando para ello un nuevo sistema de admisión que utiliza componentes de fibra de carbono, además de trasladar el radiador al tronco. Los tubos de escape están ahora integrados en el parachoques delantero. Las mejoras del interior incluyen una jaula de protección completa, y un par de asientos de cubo con arneses de carreras.
Según Tuerck, el intercambio de motores les significó un desafío enorme, aunque el trabajo completo estuvo listo en menos de cinco meses. Tuerck y su GT4586 están ahora participando en carreras de aceleración por todos los EE.UU. Por su aspecto y sonido, podemos decir que el esfuerzo de Tuerck y su equipo ha valido totalmente la pena.