Elon Musk confirmó durante el fin de semana que Tesla está realizando pruebas de vehículos robotaxi en Austin, Texas, sin conductores de seguridad humanos a bordo ni pasajeros transportados. Un video viral mostró un Model Y circulando autónomamente por las calles de la ciudad, lo que generó considerable entusiasmo entre seguidores de la compañía y especulaciones sobre el progreso tecnológico.
Aunque el hito parece significativo en abstracto, requiere contexto importante: estos vehículos operan en zonas geográficamente limitadas (geofenceadas), evitan áreas complejas como zonas escolares, cuentan con teleoperadores remotos que pueden intervenir, y—más crucialmente—transportan cero pasajeros.
Para contextualizar: Waymo, principal competidor de Tesla, ya operaba aproximadamente 2,000 robotaxis en múltiples ciudades con cientos de miles de viajes pagos completados semanalmente. Waymo había realizado meses extensivos de pruebas con conductores de seguridad antes de progresivamente remover supervisores humanos.
Tesla comenzó su servicio robotaxi en Austin en junio como programa exclusivo con monitores de seguridad permanentes. Según Robotaxi Tracker, la flota activa consiste de solo 31 vehículos, significativamente menor que la operación establecida de Waymo. Desde junio, los robotaxis de Tesla han estado involucrados en al menos siete accidentes, aunque Tesla redacta extensivamente sus reportes a la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras) citando información confidencial empresarial.
Musk había prometido previamente eliminar conductores de seguridad en «grandes partes de Austin para fin de 2025.» Con solo 17 días remanentes en el año, y estas pruebas consistiendo meramente en operación vacía, cumplir ese objetivo parece improbable. No obstante, la estrategia de Tesla de utilizar únicamente visión computarizada sin radar o lidar, que contrasta con los enfoques de competidores, representando uno más riesgoso, pero potencialmente escalable más económicamente si funciona.