Esta es una advertencia para quienes están pensando en comprarse un Tesla: ahora tendrán menos colores para elegir. La empresa con sede en California anunció que eliminará dos opciones de su paleta, en un intento por estandarizar su proceso de producción y superar -de una vez por todas- las trabas que aquejan su línea de ensamblaje.
Manteniéndose fiel a la tradición, el CEO de la compañía, Elon Musk, compartió la noticia a través de su cuenta personal de Twitter. El también cofundador de la empresa indicó que la eliminación del Obsidian Black Metallic y el Silver Metallic de entre las alternativas estándar permitirá simplificar el proceso de fabricación, al reducir el número de configuraciones posibles.
Después de mucho bregar, la compañía finalmente ha descubierto cómo producir en serie de manera confiable el Model 3, su aclamada unidad principal. Por dicho motivo es que concentrará todos sus esfuerzos en mantener el impulso durante los próximos meses.
Moving 2 of 7 Tesla colors off menu on Wednesday to simplify manufacturing. Obsidian Black & Metallic Silver will still be available as special request, but at higher price.
— Elon Musk (@elonmusk) 11 de septiembre de 2018
Pero no todo está perdido: tanto el Obsidian Black Metallic como el Silver Metallic no desaparecerán del todo, sino que estarán disponibles como opcionales, vía pedido especial, y a un costo mayor. Tesla aún no ha revelado cuánto cobrará por dichas tonalidades, pero al cierre de esta edición el único color incluido en el precio de un Model 3 era Solid Black. Las otras seis posibilidades (incluidos los dos que pasarán a la paleta especial) costaban entre $1,500 y $2,000 dólares.
Tras el anuncio, algunos usuarios de Twitter expresaron sus legítimas preocupaciones sobre la eventualidad de retocar o volver a pintar un automóvil tras pasar por el taller de reparaciones. Al respecto, Musk respondió que los servicios de Tesla continuarán almacenando todos los colores en el futuro. En otras palabras, la sugerencia es evitar abollar o rayar el carro, pues son muy costosos de reparar, pero el suministro de pintura estará siempre disponible.
Cobrar más por ciertos colores es una práctica común en la industria automotriz. La mayoría de los fabricantes piden más dinero a sus compradores por los colores metálicos. Algunas marcas de gama alta, como Porsche y Mercedes-Benz, ofrecen tonos especiales y llamativos a quienes estén dispuestos a pagar. Por ejemplo, el Solarbeam Yellow Metallic de la línea de rendimiento AMG cuesta $9,900 dólares. En cambio, compañías de lujo como Bugatti y Rolls-Royce pueden crear colores únicos para sus exclusivos clientes, que –ciertamente- no tienen problemas de dinero.