La gigantesca Gigafactory ubicada en el desierto de Nevada es una parte importante de la cadena de suministro de Tesla. Pero parece que la compañía no es la única interesada en su ubicación. Una sorprendente declaración afirma que la fábrica también llamó la atención de un cártel de drogas mexicano, y que sus instalaciones supuestamente son usadas para vender y comercializar cocaína y metanfetaminas, conocidas como crystal meth.
Las explosivas acusaciones vienen de parte de un ex empleado de Tesla llamado Karl Hansen, quien presentó una queja ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC), y quien también afirma que la empresa espía a sus empleados sin su consentimiento. Tesla no está de acuerdo con las acusaciones.
Hansen contrató al abogado Stuart Meissner para que lo represente. En una carta de tres páginas publicada en línea el 16 de agosto, Meissner explica que su cliente, que trabajó en el departamento de seguridad de Tesla antes de ser despedido en julio del 2018, estableció una conexión entre varios empleados de Tesla que vendían «cantidades significativas» de drogas en el Gigafactory y un cartel basado en Sonora, México. Hansen le pidió a Tesla que se pusiera en contacto con la Drug Enforcement Agency (DEA), pero la compañía nunca informó los hallazgos.
Esa parece ser solo la punta del iceberg. Hansen agrega que Tesla espiaba a los empleados de Gigafactory, interceptando y pirateando sus teléfonos celulares y computadoras. La compañía supuestamente incluso instaló equipos especializados en los routers dentro de Gigafactory para «capturar las comunicaciones y recoger los datos de los teléfonos celulares de los empleados». La carta agrega que Martin Tripp, otro ex trabajador de Tesla que también presentó una queja contra la compañía, fue uno de los empleados espiado.
Finalmente, el abogado de Hansen afirma que Tesla no informó a su junta directiva ni a sus inversores que fue víctima del robo cobre y otras materias primas valoradas en más de $37 millones de dólares, entre enero y junio de 2018. Tesla presuntamente le pidió a Hansen que no denunciara el robo a las fuerzas de la ley, y que detenga la investigación interna iniciada para encontrar a los culpables. La SEC aún no ha comentado sobre las acusaciones.
Como era de esperarse, Tesla niega las acusaciones. «Algunas de las afirmaciones son totalmente falsas. Otras no pudieron ser corroboradas», señala la compañía en un comunicado. Por su parte, el cofundador y CEO de la compañía, Elon Musk, dijo a Gizmodo que «ese tipo está súper loco».
«Simultáneamente dice que nuestra seguridad es terrible (no es excelente, pero estoy bastante seguro de que no somos una rama del cártel de Sinaloa como él dice), y que al mismo tiempo tenemos una increíble capacidad de espionaje. Ambas afirmaciones no pueden ser verdaderos», agregó Musk.
La noticia de la denuncia surgió unos días después de que la SEC citó a Tesla como parte de una investigación sobre un polémico tweet publicado por Musk, que decía que estaba considerando retirar a su compañía de la Bolsa de Valores, y que tenía «financiación asegurada» para hacerlo.