Hoy en día, la “personalización” de un automóvil suele significar la elección de un color de pintura especial o un acabado interior. Pero en las décadas del ‘20 y ‘30, los compradores más ricos del mundo iban más allá. En aquellos años de preguerra, era casi una norma que los vehículos de lujo tuviesen una carrocería totalmente personalizada. Y claro: Rolls-Royce está tratando de que aquello vuelva a ser así.
Presentado en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este 2017, el Rolls-Royce Sweptail es un encargo único, creado para un cliente con gustos muy específicos y bolsillos muy, muy profundos. Dicho cliente acordó con Rolls en 2013 la fabricación de un automóvil único, y lo cierto es que el departamento de diseño del fabricante se pasó varios años tratando de llevar esa idea a la realidad.
El nombre de «Sweptail» hace referencia de diseño de “cola-barrida” que Rolls-Royce hace desde la década de 1920. El carro, que parece estar basado en el ya desaparecido Coupé Phantom, cuenta con un techo fastback que termina en una cola puntiaguda, un diseño raramente visto a día de hoy. Prácticamente todo el techo está cubierto de vidrio, lo que asegura una buena vista y un constante uso del aire acondicionado en días soleados.
En la parte delantera, el Sweptail cuenta con una enorme parrilla, la más grande vista en cualquier Rolls-Royce moderno, de acuerdo con la empresa. Fue forjada en aluminio y pulida a mano hasta quedar como un espejo. El resto de la fascia delantera se enmarca en un anillo de aluminio cepillado, llamativo además por su considerable anchura.
A pesar de ser un vehículo enorme, el Sweptail sólo tiene dos asientos. El espacio posterior está ocupado por una plataforma de equipaje cubierta de madera, la cual parece sacada directamente de la cubierta de un yate. Como en todos los Rolls-Royce del mundo, el interior está tapizado en madera y cuero de gama alta. Los diseñadores también trataron de eliminar el mayor número de conmutadores posibles del tablero de mandos, todo para crear un aspecto más limpio, y hasta encontraron espacio en los umbrales de las puertas para poner allí maletines, diseñados para guardar computadoras portátiles. El toque final lo da un enfriador de champán en la consola central. Beber y conducir sigue siendo ilegal en la mayoría de los lugares, eso sí, nunca hay que olvidarlo.
Bueno: ¿y cuánto cuesta toda esta opulencia? Rolls no ha revelado una cifra “oficial”, aunque el CEO Torsten Müller-Otvös cree que podría ser “el automóvil nuevo más caro jamás vendido», según Motor1. Una estimación dada por este y otros medios sitúa el precio en las 10 millones de libras, esto es, unos $12.8 millones de dólares al cambio actual. Es el precio de la exclusividad de una exclusividad.