El off-roader representado en las fotos es un engendro de ingeniería, equipado ya con un cuerpo cercano a la producción, lo que explica por qué está completamente camuflado bajo unas psicodélicas líneas blancas. Sin embargo, podemos decir sin lugar a dudas de que está en línea con el lenguaje de diseño reconocible de Rolls-Royce, y adopta señales propias de estilo, tales como una alta parrilla cromada vertical, y unos faros horizontales delgados.
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El Cullinan será el único SUV en el mercado con puertas traseras “suicidas” (puertas de apertura inversa), característica que toma prestada del buque insignia de Rolls, el Phantom. Eso sí, las fotos no muestran la parte trasera del modelo; Rolls-Royce nos deja esa parte a nuestra imaginación.
Lo que hay debajo de la piel es tan importante como la carrocería. Eso se debe a que el primer SUV de Rolls-Royce se desarrollará a partir de una plataforma de aluminio completamente nueva, llamada Arquitectura de Lujo Puro, que estará activa ya en 2018. Incluirá tracción a las cuatro ruedas, así como un avanzado sistema de suspensión, capaz de proporcionar la suavidad característica de Rolls-Royce, incluso en carreteras accidentadas.
En cualquier caso, el SUV todavía tiene un largo camino por recorrer antes de aterrizar en las salas de exposición. Después de Navidad, Rolls-Royce enviará el modelo que se muestra en las fotos al Círculo Polar Ártico, todo para recopilar datos sobre cómo responde en condiciones climáticas extremadamente frías. Unos meses más tarde, el mismo prototipo serán transferido al Medio Oriente, para una ronda de pruebas “de tortura” en el sofocante calor del desierto.
No se espera que el Rolls-Royce Cullinan haga su debut oficial sino hasta 2018, y esto como muy pronto. Entre sus rivales estará el Bentley Bentayga (que salió a la venta hace un par de meses), la próxima versión de producción del concepto Lamborghini Urus, y el primer SUV de Aston Martin, de nombre tentativo DBX.
