BMW dice que el proyecto Mini Recharged (Mini Recargado) tiene todo el espíritu de la economía circular, y ciertamente es difícil estar en desacuerdo, pues se trata de una iniciativa para renovar un Mini clásico con un motor eléctrico.
Sí, la idea puede sonar a sacrilegio automovilístico, después de todo, ¿por qué arrancar a un automóvil clásico su componente más importante? Sin embargo, lo cierto es que el proyecto tiene varios puntos a su favor, comenzando con que al cambiar el motor de combustión por uno eléctrico, el auto contamina menos. Y claro, como realmente lo que manda es el dinero, también podrías dejar de pagar impuestos ambientales por usarlo, como ocurre en Reino Unido con los environmental tax y el congestion charge, una tarifa que se paga al circular por vialidades de Londres como Oxford Street o Piccadilly Circus.
Si la idea comienza a captar tu atención, van los pormenores: todo el proceso se realiza en un taller de Mini en Oxford, donde se sustituye el motor de combustión por uno eléctrico de 90 kW que hace que el auto pueda acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora (de 0 a unas 62 millas por hora) en nueve segundos. Nada mal, ¿no?
Claro, no todo es velocidad, y menos en un Mini clásico. Si te preocupa cuánto dura la batería, BMW explica que el rango es de unos 160 kilómetros (unas 100 millas).
La modificación del auto también incluye la sustitución de los instrumentos de viaje por unos con información alusiva a la batería y estado del motor eléctrico.
¿Todavía no estás convencido? Bueno, no hace falta, recuerda que Mini ya cuenta con un modelo eléctrico, el Mini Cooper SE eléctrico.
Pese a ello, recuerda que el Mini nació con la intención de crear un automóvil compacto capaz de transportar a cuatro personas y ahorrar gasolina. Tal vez si Alex Issigonis pudiera diseñar el Mini de nuevo, optaría por un motor eléctrico.