Pregúntele a un fanático de Ford Mustang cómo sería su día perfecto, y probablemente se parecería mucho a lo que acabamos de experimentar. Comienza con probar un Mustang de todas las generaciones, desde 1965 hasta el presente; luego pasa algo de tiempo manejándolos en una pista de carreras, y finalmente levanta algo de humo en una experiencia de derrape con el campeón de Formula Drift, Vaughn Gittin Jr. Bueno: pues en eso consiste el llamado Mustang Mania.
Para demostrar su gama de neumáticos de rendimiento —legales para ir por las calles—, Nitto Tire invitó a Digital Trends al Thermal Club, cerca de Palm Springs, California. Allí, conocimos a los propietarios de Mustang que habían conducido sus amados carros desde todo el país. Aunque algunos vehículos parecían de stock, tras observarlos detenidamente notamos que cada uno tenía algín tipo modificación. Sin lugar a dudas, los Mustangs más estridentes que vimos fueron los de Classic Recreations. Alguna vez te habíamos hablado de las extravagantes creaciones de los amigos de CR, pero nunca habíamos pasado tiempo tras el volante de uno de ellos.
Hasta ahora.
Sin perder tiempo, Nitto nos acompañó al Circuito South Palm. Es una de las tres pistas de Thermal Club, que comprende 5.1 millas de pavimento en perfecto estado. Nos esperaba una selección de Fords Mustang GT 2017 y 2018 equipados con transmisión automática y neumáticos Nitto NT555 (ultra-high-performance summer) y NT05 (maximum-performance summer). Comenzamos con algunas vueltas a baja velocidad tras uno de los instructores de carreras de la pista. Cuidadoso de seguir su línea, del girar y del frenar, pronto nos acostumbramos.
Nuestro día comenzó con Mustang GT 2017, que se manejaba muy bien con el pegajoso caucho Nitto, pero tuvo problemas para encontrar la marcha correcta en el modo Sport y se movió perezosamente en modo manual. La transición al Mustang GT 2018 y su automática de 10 velocidades fue muy notoria. En el modo automático completo, el automóvil siempre encontró la marcha correcta para maximizar el rendimiento. En el modo manual, cada cambio de las paletas montadas en el volante dio como resultado un cambio ascendente o descendente en una fracción de segundo. Calzado con los neumáticos NT05, experimentamos con Mustang GT 2018 en las zonas de frenado, y lo hicimos tomar curvas a altas velocidades.
Satisfechos de que los modernos Mustangs pudieran sacudir una sesión de pista, nos subimos al Shelby GT350CR de Classic Recreations. Con la licencia de Ford para producir autos de continuidad de los años 1960 y 1970, Classic Recreations combina el estilo tradicional de Mustang con mejoras de rendimiento contemporáneas. Nuestro automóvil de prueba fue suministrado por Jeff Miller, un cliente de CR. Conseguir orientarnos en la cabina del muscle car no fue fácil: nuestro cerebro conocía el motor (un V8 de 427 pulgadas cúbicas), los frenos (discos Wilwood), la transmisión (un manual de cinco velocidades Tremec) y la suspensión (una configuración de coilover con barras estabilizadoras de gran tamaño), todos equipos actuales de alto rendimiento, pero la estética lo hacía parecer aún más espectacular.
En la pista, nuestra confusión inicial se convirtió en pura alegría. 545 caballos de fuerza quemaron el pavimento a través de los neumáticos NT555R de Nitto y pusieron en marcha el Mustang de aproximadamente 2,800 libras a una velocidad endemoniada. El ruido era de otro mundo. Aferrarse a un volante gigante con borde de madera contrastaba notablemente con la gruesa montura de cuero del Mustang GT 2018, al igual que los largos pasos de la palanca de cambios del taco de bolas del GT350. El frenado a velocidades de tres dígitos fue marginalmente aterrador, pero los tapones de acero hicieron su trabajo. No es un instrumento de precisión, pero el ‘viejo Stang’ dibujó sonrisas en nuestras caras más que cualquier otro carro ese día.
Pero la locura no había terminado. Los drifters profesionales Vaughn Gittin Jr. y Chelsea DeNofa nos esperaraban en el Thermal Club. El dúo de Formula Drift nos llevó a través del circuito en el Mustang RTR de 700 caballos de fuerza de Gittin Jr. (un automóvil que él mismo ayudó a diseñar) y un convertible Mustang GT. Con talentos como estos, no nos importó no ir tras el volante.
Desde el primer momento, cada conductor tenía su máquina con motor V8 yendo de lado a través del slalom. En medio de una nube de humo, vimos a Gittin Jr. y DeNofa deslizar sus respectivos autos con entradas coordinadas de la rueda y el acelerador. Algo como una versión violenta del patinaje artístico. Las llantas se desintegraron, los pasajeros se rieron a carcajadas y los Mustang giraron sus ruedas traseras hasta que cada gota de combustible desapareció.
Antes de que terminaran este día, cada generación de Mustang tomó la pista para una vuelta de desfile. Mientras los autos pasaban rugiendo, la evolución del Mustang desfilaba ante nuestros ojos. Hoy, el ícono de Estados Unidos puede verse y funcionar de forma muy diferente a sus antepasados, pero su legado nunca ha sido tan fuerte.