Actualmente hay tres automóviles que se venden en los EE.UU. y que vienen con la etiqueta de “Hecho en Francia”. El primero es el Yaris, que Toyota fabrica cerca de la frontera entre Franco-Belga. El segundo es el pequeño y elegante smart fortwo eléctrico. El último es el Bugatti Chiron, de $3 millones de dólares. Peugeot, con sede en París, es uno de los mayores fabricantes de autos del mundo (como Grupo PSA), y pretende seguir creciendo sustancialmente en los próximos años con su vuelta a los Estados Unidos después de una ausencia de 27 años.
El conglomerado PSA incluye la marca Peugeot, además de Citroën, DS, Opel y Vauxhall. Compró los últimos dos a General Motors hace casi un año. Siendo realistas, es poco probable que veamos llegar estas cinco marcas a tierras norteamericanas, al menos, no al mismo tiempo. No sabemos con cuál Peugeot elegirán para lanzarse al ataque. Los rumores posicionan a Opel como un posible candidato, quizá por su origen alemán. Aunque la nacionalidad podría no ser un problema. Una cosa es clara: las marcas elegidas se centrarán en servicios de movilidad.
Invertir en la movilidad es un término nebuloso, aunque que se transformado en una palabra de moda desde hace un tiempo. Es un segmento creciente de la industria automotriz. Peugeot necesita expandir su presencia mundial “sí o sí”, ya que necesita diversificar su negocio para mantenerse al día con sus rivales y, en última instancia, mantenerse a flote. En este caso, la movilidad también es una forma de penetrar en el mercado estadounidense.
“El primer paso [para el regreso a los Estados Unidos] se centra en la movilidad a través de nuestra marca global Free2Move. Luego, trabajaremos para integrar nuestros propios automóviles en el programa. El tercer paso será vender nuestros vehículos aquí, en EE.UU», resumió la estrategia Lynn Blake, vicepresidente de movilidad de Peugeot North America, en una entrevista con Digital Trends.
¿Qué hace que el concepto de movilidad sea tan importante? Estudios recientes indican que el automóvil promedio está solo en las calles alrededor del cinco por ciento del tiempo. Los vehículos privados pasan el resto del tiempo estacionados, sin usarse. Con la economía global tomando una ruta orientada a los servicios, existe una inmensa oportunidad para explotar el 95 por ciento restante de esos automóviles. Los programas para compartir carros que aparecen en todo Norteamérica ilustran ese potencial.
Free2Move es una plataforma basada en teléfonos inteligentes que funciona a la manera de Expedia, pero aplicada al negocio del uso compartido de automóviles. Los usuarios abren la aplicación para verificar el precio y la disponibilidad de los servicios disponibles en su área, como Car2Go y ZipCar. El siguiente paso para Peugeot es inyectar sus propios autos en la aplicación. Blake dijo que el fabricante de automóviles ya ha formado un equipo de diseñadores, ingenieros y ejecutivos encargados de estudiar las normas de homologación en los Estados Unidos.
Al principio, es probable que Peugeot desembarque en EE.UU. con automóviles que ya vende en mercados globales, como Europa. Estos autos se compartirán, no se venderán ni arrendarán a automovilistas privados. La idea básica será recopilar datos sobre las preferencias del consumidor, todo para que las empresas puedan integrarlas en el diseño de sus vehículos de próxima generación.
«Podríamos obtener ser una gran cantidad de datos diferentes. Comenzaremos a comprender los patrones de uso, qué tan lejos están los conductores en un día determinado, y así sucesivamente. También podremos entender cómo reaccionan los consumidores ante nuestra marca y cómo reaccionan ante el contenido y las características de cada automóvil «, explicó Blake. Es una gran oportunidad para aprender.
Peugeot anunció recientemente sus planes para establecer su nueva sede de América del Norte en Atlanta, Georgia. Mercedes-Benz y Porsche operan fuera de Atlanta, por lo que la ciudad ya cuenta con una cultura del automóvil bien desarrollada. Además, los funcionarios de Atlanta han comenzado a estudiar los proyectos de ciudades inteligentes presentadas por compañías como Bosch.
Uno de los mayores obstáculos que Peugeot necesita superar en Estados Unidos es su casi absoluta falta de imagen. La división estadounidense de la marca abandonó esta parte del mundo en 1991. Muchos automovilistas jóvenes ni siquiera han visto un Peugeot en sus vidas,. Por su parte, el último automóvil que envió Citroën al otro lado del Atlántico desembarcó en 1975, aunque algunos de los sedanes majestuosos de la marca se filtraron a través del mercado paralelo.
Opel desapareció de los Estados Unidos en 1979, después de compartir factoría con Buick durante la década de los ‘70s. Vauxhall se fue en 1962, y DS es una marca que apenas tiene cuatro años, y nunca ha operado en este lado del charco. Pero esto no es un problema para Peugeot.
«La investigación que hemos realizado hasta ahora realmente sugiere que los clientes estadounidenses tienen una visión positiva de los productos franceses”.
A ver qué tal va esta vez. Aún antes: a ver si esta vez si que es cierto.