La empresa alemana NanoFlowcell provocó cierta incredulidad cuando anunció sus planes de construir un avanzado vehículo “cero emisiones” que, esencialmente, usara sal (sí: sal) para generar electricidad. Muchos se mostraron escépticos, pero la compañía ha anunciado que ya está en conversaciones con un socio para llevar esta tecnología a la producción.
El fundador de la empresa, Nunzio La Vecchia, dijo a la revista británica Autocar que actualmente se encuentra en conversaciones con un “gran fabricante” que “no es alemán”, todo para convertir este tren motriz experimental de NanoFlowcell en una realidad. La Vecchia se negó a dar detalles más específicos, aunque sus comentarios descartan a los sospechosos habituales como Mercedes-Benz, Volkswagen y el fabricante de componentes Bosch.
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La Vecchia dio a entender su socio potencial estaría interesado en la tecnología, no en el diseño mismo de sus vehículos, lo cual significa que conceptos (mitad elegantes, mitad ciencia ficción) como el Quantino (en la foto superior) o el Quant F permanecerán en la fase de prototipo.
El uso de sal para crear electricidad no es, en cualquier caso, una idea nueva, y según dicen, es menos complicado de lo que parece. El Quantino de NanoFlowcell está equipado con un tren de transmisión 48 voltios que utiliza dos tipos de fluidos ionizados —uno con una carga positiva, y otro con una carga negativa— almacenados en tanques separados que generan electricidad. NanoFlowcell ha tenido especial cuidado en señalar que el líquido iónico es esencialmente “sal en estado líquido”, y que no es tóxico ni inflamable.
La electricidad generada por el bombeo de estos fluidos se envía a las cuatro ruedas a través de cuatro motores eléctricos de 27 caballos de fuerza cada uno, haciendo que el resultado total del Quantino sea de 109 caballos de fuerza. Todo esto suena demasiado bueno para ser realidad, pero te contamos que NanoFlowcell está actualmente testeando dos prototipos —registrados y totalmente legales— por las calles de Alemania. La puesta en marcha del ambicioso proceso de producción aún no tiene fecha, y sólo el tiempo dirá si el líquido ionizado es el combustible del futuro.
Así, pronto sabremos si NanoFlowcell a llegado o no a un acuerdo con su misterioso socio para producir en masa esta tecnología. Si todo va según lo previsto, La Vecchia cree que unos autos “a sal”, junto con su necesaria red de estaciones para repostar, podría ser una realidad en tan sólo unos cuatro o cinco años.