Tienes que repararte para babear un con este Mustang GT500CR 900S, la última y más potente creación de los amigos de Classic Recreations. Y aunque puede que nunca hayas oído hablar de él, es probable que ya te hayas ido familiarizando a través de los modelos anteriores, como el GT350CR y GT500 CR, ambos proyectos con licencia Shelby.
La calificación 900S lleva las cosas a un nivel completamente nuevo, con más de $25,000 dólares en mejoras para el Mustang Shelby GT500 de 1967, incluyendo un motor Ford Performance de 427 pulgadas cúbicas con un sistema de sobrealimentación Procharger F1-R el cual otorga al modelo más de 800 caballos de fuerza. Este auto en particular está montado y enviado directamente desde la fábrica de CR en Yukon, Oklahoma, a un afortunado cliente de Alemania
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La lista de las piezas es muy amplia, pero algunos de los aspectos más destacados incluyen un eje de transmisión de fibra de carbono; un sistema de inyección de combustible XFI rápida; ruedas Forgeline Grundge de 18 pulgadas; neumáticos BF Goodrich 275 delanteros, y 335 traseros; frenos Wilwood de seis pistones, tanto en las ruedas delanteras como las traseras; tubo de escape Magnaflow; además de un sistema de suspensión Detroit Speed.
El resultado de todo este trabajo es un GT500CR 900S considerablemente más rápido, y mucho más fácil de manejar que el GT500 convencional. En 1967, el Shelby GT500 consiguió un robusto 350 caballos de fuerza y 420 libras-pie de torque, lo que le permitía pasar de las 0 a las 60 mph en sólo 4,8 segundos. En ese momento, aquello era casi volar a la velocidad de la luz. Hoy, cualquier Ford Mustang GT supera esa cifra.
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Se debe señalar que el resto de las modificaciones realizadas son objeto de controversias. Algunos puristas dicen que modificar un clásico es empañar lo que representa el vehículo, mientras que otros dicen que al darle a estos coches un rendimiento moderno convierten en realidad el sueño que perseguían. Yo diría que ambos bandos tienen razón en ciertos casos… pero resulta difícil no amar esa icónica forma clásica, con neumáticos más anchos que un camión Belaz 75710 y que, sin embargo, vuelan más suaves que un SR-71 Blackbird.