Como «Hellephant» fue bautizado el primer motor con 1,000 caballos de fuerza de la historia ofrecido por un fabricante, que fue montado en el flamante conceptual Dodge Super Charger 1968. Así lo reveló Mopar, la marca orientada al servicio, el suministro de partes y atención al cliente del grupo Fiat Chrysler Automobiles (FCA), en el marco del SEMA Show 2018. El proceso de preventa ya se inició y quien lo quiera bajo el capó deberá pagar $29,995 dólares.
El propulsor Crate HEMI 426 Supercharged, que además brinda un torque de 950 libras/pie (1,288 Nm), viene acompañado por un kit que facilita su instalación en cualquier vehículo de calle y todoterreno anterior a 1976. “Es un producto único en la industria”, sentenció Steve Beahm, uno de los principales ejecutivos de Mopar y FCA para Norteamérica.
El bloque de aluminio es el mismo de los vehículos de competición que dominaron la serie Factory Stock Showdown de la NHRA y ostenta pistones forjados de 4,125 pulgadas y 4.0 pulgadas de carrera, un supercargador mejorado con un rotor de alta eficiencia montado en el bloque de aluminio, lo que proporciona un gran ahorro de peso, detalló FCA en un comunicado de prensa.
El conjunto incluye una bomba de agua, volante, cárter, un supercargador con cuerpo de admisión, inyectores, bobinas y alzadores de levas especiales, entre otras piezas heredadas de unidades como el Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye y el Demon. También, considera elementos electrónicos como un módulo de control del sistema de transmisión (PCM) y múltiples sensores.
Para el estreno del monstruoso propulsor V8, FCA ideó un prototipo basado en el Dodge Charger de 1968, uno de sus vehículos más icónicos que celebra este año sus 50 años, pero que fue “reimaginado con elementos modernos que proceden de los actuales Dodge Charger y Challenger”.
Dotado de la misma transmisión manual de seis velocidades T-6060 del Challenger SRT Hellcat, el Dodge Super Charger luce una carrocería de un clásico gris metalizado De Grigio, con un cofre sobredimensionado similar a la del Demon, fabricado de fibra de vidrio en el exterior y un interior de acero.
En el frontal, adoptó los faros Hellcat DTT Charger SRT escondidos detrás de la parrilla. Para darle una imagen más limpia y aerodinámica, las manillas de las puertas y los raíles vierteaguas originales fueron eliminados. Las ventanillas de ventilación han sido reemplazadas por un cristal de una pieza de las puertas delanteras, a las que se adosaron espejos retrovisores Duster de 1971.
Bajo sus voluminosos guardafangos de fibra de vidrio, encontraremos rines Devil’s delanteros de 20 pulgadas –ya vistos en el Challenger SRT Hellcat- y los traseros de 21 pulgadas hechos a medida. Sus frenos de disco Brembo con pinzas de seis pistones proporcionan una notable ventaja en términos de distancia de detención en caomparación al Charger de 1968, agregó la compañía.
Los rines frontales fueron ubicados más adelante, para extender de 117 a 119 pulgadas la distancia de ejes respecto del vehículo original, mientras que la distancia al piso cayó 3.5 pulgadas al frente y 2.5 pulgadas atrás, para facilitar la adherencia al piso.
Según detalló FCA, “los parachoques delanteros y traseros de fibra de vidrio personalizados han sido aligerados y estrechados para que queden más integrados en el diseño exterior. El divisor frontal en fibra de vidrio, hecho a medida, está inspirado en el del Demon, mientras que el spoiler trasero está basado en el del moderno Charger R/T”.
Entre otros detalles exteriores, la cerradura de la cajuela fue removida y la tapa del depósito de combustible fue adornada con un medallón de aluminio “Hellephant”, que fue calificado como “uno de los detalles estéticos más exclusivos de este Super Charger Concept”. Atrás, las puntas de los escapes fueron eliminadas y reemplazadas con las salidas de cinco pulgadas y doble pared del Alfa Romeo Stelvio.
La cabina del conceptual exhibe negro satinado en los paneles de las puertas y la tapicería. Prestado del Dodge Viper, el volante lleva un medallón Hellephant en el centro. Las inserciones del panel de instrumentos están pintadas en el mismo color gris metalizado de la carrocería y el tablero de instrumentos está personalizado con una gama completa de relojes Mopar.
“La consola central alberga la palanca del cambio manual del SRT Hellcat, así como el botón de encendido y los interruptores de palanca para los faros, limpiaparabrisas, faros antiniebla y luces de emergencia”, agregó el grupo automotor.
El equipo de diseño equipó al Super Charger con las butacas del Viper adelante -revestidas en cuero Alcantara y acentuados por costuras en rojo-, que fueron complementadas con arneses deportivos negros Sabelt de cuatro puntas. Al igual que en el Demon, las plazas traseras fueron suprimidas para reducir peso. En su lugar, ahora existe una estructura antivuelco de dos pulgadas y una red de almacenaje que permite transportar equipamiento como cascos y guantes.
Teniendo en cuenta que el precio de $29,995 dólares del motor Hellephant es igual al de muchos autos nuevos, la compra de un Charger de segunda generación para replicar el Super Charger podría estar más allá del presupuesto de muchos fanáticos. Pero hay un montón de otros vehículos Mopar antiguos que serían candidatos adecuados. ¿En qué coche pondrías tú el Hellephant?
*Actualizado el 29 de abril de 2019 con el precio del motor Hellephant