La color verde del Mercedes-AMG GT R no es algo casual. Se llama «AMG Green Hell Magno», en una clara referencia a Nüburgring. La pista de carreras alemana conocida como el «infierno verde» es donde Mercedes (y todos los otros fabricantes de automóviles de alto rendimiento y que se precien de tal) perfeccionan el manejo de nuevos modelos. El nombre del color de su pintura homenajea su vuelta al circuito en 7:10.9, superando a muchos superdeportivos.
Mientras que el nombre puede llevarlo a la confusión con Nissan, en realidad no hay como confundir el AMG GT R con ninguna otra cosa en el mundo. La parrilla «Panamericana» vista por primera vez en el AMG GT3 le da un aspecto a la vez distintivo y agresivo. Los guardabarros delanteros están hechos de fibra de carbono, y son 1.8 pulgadas más anchos que los del AMG GT S, mientras que los guardabarros traseros tienen extensiones de aluminio que los amplían por 2.2 pulgadas. Esto permitió a AMG ensanchar la vía y ajustar unas ruedas más grandes de 20 pulgadas. La parte trasera está decorada con un gran alerón y una salida de escape central.
Debajo de toda la carrocería, AMG empleó algunos trucos aerodinámicos. En la parte inferior de ésta, delante del motor, hay una aleta de fibra de carbono que se mueve hacia abajo cuando el carro alcanza las 50 mph en modo Race. Esto cambia el flujo de aire y ayuda a mantener el carro pegado al asfalto. También hay unas persianas activas que se cierran para reducir el arrastre y se abren cuando se necesita un flujo de aire adicional para enfriar el motor. En la parte posterior, AMG agregó un difusor doble, y cortó un agujero existente entre las luces traseras para ventilar el calor del escape.
La energía viene del mismo V8 de 4.0 litros twinturbo usado en otras variantes de AMG GT. En el GT R este motor produce 577 caballos de fuerza y 516 libras-pie de torque; 503 caballos y 479 libras-pie en el caso del GT S, y 456 caballos de fuerza y 443 libra-pie modelo más bajo. Ese poder se envía a las ruedas traseras a través de una transmisión automática de siete velocidades. Mercedes dice que el GT R pasa de 0 a 60 mph en 3.5 segundos, y alcanzar una velocidad máxima de 198 mph.
El chasis recibe algunas mejoras, incluyendo un sistema de dirección de la rueda trasera. Por debajo de las 62 mph, gira las ruedas traseras en la dirección opuesta a las frontales para así aumentar la agilidad. Este mismo sistema hace girar las ruedas traseras en la misma dirección que las delanteras a velocidades más altas para darle más estabilidad. Un sistema de suspensión adaptable también está en el menú, así como un control de tracción con nueve niveles programables.
El Mercedes-AMG GT R 2018 saldrá a la venta en los Estados Unidos este verano con un precio de $157,995. Estos son $44,600 por sobre el precio base del AMG GT, pero el rendimiento extra y las credenciales conseguidas en Nürburging lo han convertido claramente en un juguete para ricos.