Gracias a sus líneas, el Zephyr muestra hacia dónde se dirige el diseño dentro de la marca, enseña el nuevo ADN de Lincoln, con rasgos modernosy apunta a un consumidor más joven. Faros delgados al frente crean una línea que atraviesa el auto de principio a fin, en un costado en el cual la ausencia de espejos y enormes rines destacan en el conjunto.
Cambios significativos suceden en el interior, donde la tendencia de pantallas por doquier no se podía quedar atrás. Líneas rectas dominan el diseño del habitáculo, el volante solo es de dos brazos, una vez más, radios horizontales, mientras que el selector de velocidades se encuentra al centro del tablero (ya no es vertical como en la mayoría de los autos, ahora va de izquierda a derecha).
“Costa a costa” es como nombra Lincoln a su pantalla enorme, la cual comienza al lado izquierdo del tablero y se extiende hasta llegar al otro extremo del auto. Desde el clúster de instrumentos detrás del volante, se funde con la central y llega a la zona de visibilidad del pasajero, donde proyecta diferentes imágenes según se desee.
La presentación del Zephyr sirvió para introducir Lincoln ID, una herramienta digital para tener acceso a las funciones del auto. Mediante la aplicación Lincoln Way App se logra mejor conectividad con el vehículo para involucrar más al propietario y mejorar la experiencia de usuario.
Con la estrategia de Ford de reducir su oferta de sedanes para el mercado americano, difícilmente podremos ver el Zephyr Reflection en este lado del océano. Tal vez sea un auto que se quede solo en el país donde se presentó: China.