La imaginación desenfrenada de Lamborghini ha producido algunos de los autos más potentes y emblemáticos del mundo. Y el último toro salvaje que ha salido de Sant’Agata Bolognese es una versión revisada del modelo insignia de la compañía: el Aventador S.
Pero el diseño agresivo de este modelo es sólo una parte de la historia. Lamborghini ha aplicado en él cada lección que ha aprendido durante décadas desarrollando motores de alto rendimiento, sistemas de escape sonoros y chasis de vanguardia, todo para llevar a esta máquina con motor V12 más allá de todo límite.
Lo cierto es que el departamento de investigación y desarrollo de Lamborghini tuvo una tarea que no era nada fácil. El Aventador ya se destacaba como uno de los carros más rápidos del mercado. Estaba construido alrededor de un monocasco de fibra de carbono, y su aspecto era prácticamente inimitable. ¿Mejorar aquello? Algo así como hacer correcciones a la Capilla Sixtina.
El equipo de ingenieros de Maurizio Reggiani comenzó su labor bajo el cofre. El Aventador S continúa con un motor V12 de 6.5 litros que ocupa la mayor parte del espacio detrás de los asientos traseros. El 12 cilindros es de aspiración natural, lo cual significa que no hay turbocompresor, no hay sobrealimentador ni asistencia híbrida. Genera ahora unos nada despreciables 740 caballos de fuerza —40 caballos más que antes— y 509 libras-pies de torsión a través de desplazamiento escarpado. El máximo de potencia llega a las 8,400 rpm, y la redline se alcanza a sólo 100 rpm más tarde.
Una transmisión de vara de cambio independiente (ISR, Independent Shifting Rod) de 7 velocidades transfiere la potencia del V12 al asfalto a través de un sistema de tracción total Haldex y algunos de los neumáticos más anchos que jamás se verán en un automóvil de producción. Los Pirelli P Zero hacen que el caucho de un BMW M3 se parezcan a las ruedas de un Radio Flyer.
Oficialmente, el Aventador S acelera de cero a 62 mph en 2.9 segundos, y alcanza las 124 mph en apenas 8.8 segundos. Si le sueltas las riendas, el V12 sigue bramando más allá de las 217 mph. Los frenos estándar de cerámica de carbono ponen fin a la acción. El S se maneja espectacularmente en línea recta, pero no dejes que su tamaño y peso te engañen: sabe agarrar las curvas muy bien.
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El sistema de dirección en las cuatro ruedas fue introducido el año pasado en la edición limitada del Centenario, y ahora está también presente en el Aventador S. Ofrecido por primera vez en una en una producción regular de Lamborghini, el sistema gira las ruedas traseras en la dirección opuesta a las ruedas delanteras a bajas velocidades, y en la misma dirección que las ruedas delanteras cuando la velocidad es más alta. Lamborghini asegura que el hacer girar las ruedas traseras en hasta tres grados (a velocidades bajas) acorta la distancia entre ejes a 19.7 pulgadas, mientras que al girarlas sólo 1.5 grados a velocidades más altas, esta distancia se extiende a 28.7 pulgadas.
Los 40 caballos adicionales no son inmediatamente perceptibles. Pero ya a toda velocidad, el Aventador S es tan rápido que se siente que podría despegar si estuviera equipado con alas. La sinfonía de los 12 pistones a unas cuantas pulgadas de tus tímpanos es ahora más pronunciada que antes, esto gracias a un sistema de escape rediseñado que llena la cabina como el mejor sistema de sonido del mercado. Es muy probable que, al volante, nunca te molestes en encender la radio.
El Lamborghini Aventador S es un regreso a tiempos más simples, cuando supercars eran todo energía cruda y aspecto salvaje. Cuando los motores eléctricos eran sólo para las ventanas y los limpiaparabrisas. Podemos decir, sin lugar a dudas, que los genes que definieron el Miura, el Countach, el Diablo, y el Murciélago están muy vivos en el nuevo Aventador S.