Estos kits de carrocería fueron desarrollados por Toyota Racing Development (TRD), la misma división responsable de las variantes todoterreno del Tacoma, Tundra y 4Runner. El primer kit rinde homenaje a los competidores de rallys pasados y futuros de Toyota con un parachoques delantero profundo, acentuado por una ancha toma de aire, un revestimiento de plástico negro sobre los arcos de las ruedas, un spoiler montado en el techo y unos faldones para el barro de color rojo. El segundo kit agrega extensiones en el parachoques para crear un aspecto (si cabe) aún más tuneado que el anterior.
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Desafortunadamente, este tratamiento TRD no se extiende a la zona del motor. Al menos, no todavía. En los Estados Unidos, el C-HR se ofrece exclusivamente con un cuatro cilindros de 2.0 litros que genera 144 caballos de fuerza y 140 libras-pie de torque. La potencia hace girar las ruedas delanteras a través de una transmisión variable continua. Este soft roader no es un carro deportivo, pero los ejecutivos de Toyota están ideando un plan para cambiar esto.
Un informe anterior señala que la marca está debatiendo si lanzar o no una versión más rápida y potente del C-HR que plante cara al Nissan Juke Nismo. Si se aprueba para la producción, el modelo (aún sin nombre) se inspiraría en la variante de carrera que se puso a prueba en la pista Alemana de Nürburgring la pasada primavera.
“El modelo se presta para una versión deportiva. Sería posible, pero depende de cuánto tengamos que cambiar. Una versión deportiva podría ser un cambio menor, o podría ser un nuevo proyecto”, explicó recientemente Rembert Serrus, un alto directivo de Toyota, en una entrevista a la revista británica Autocar.
Toyota no ha revelado aún si los kits antes mencionados estarán disponibles en los Estados Unidos cuando el C-HR 2018 llegue a las salas de exposición.
