Diseñado en México y construido en Italia, el Inferno tiene tres características que le permiten ingresar al club de los súper autos: tiene un aspecto de alienígena, lleva un motor V8 que genera 1400 caballos de fuerza, y su carrocería está hecha de un material de la era espacial llamado “espuma metálica”.
Pero “no todo lo que reluce es oro” dice el refrán. Sus especificaciones técnicas y sus impresionantes logros son difíciles de verificar.
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En un mundo en el que los startups de súper autos van y vienen como los ganadores de American Idol, es difícil entusiasmarse con el Inferno. El constructor asegura que la máquina del inframundo acelera de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos, que alcanza una velocidad máxima de 395 km/h, y que su aceleración lateral es de 1.33G —valores muy parecidos a los de la Ferrari 458 Speciale.
Con respecto a la espuma metálica —una mezcla de zinc, aluminio y plata— la compañía afirma que “mejora la seguridad, ya que reduce y absorbe el impacto en caso de accidente. Su resistencia se compara a la de un vehículo comercial blindado, pero con una gran diferencia de peso”.
De acuerdo al Dr. Said Robles Casolco del Instituto tecnológico de Monterrey, este metal “puede estirarse hasta alcanzar 100 veces su longitud original sin afectar sus propiedades”.¡Impresionante!
El equipo detrás del proyecto Inferno tiene algunos nombres importantes. El atractivo diseño fue realizado por la empresa mexicana DoZeRek con la ayuda de Antonio Ferraioili, cuya experiencia incluye participaciones en la ingeniería de componentes para los Lamborghinis Asterion, Veneno Roadster y Aventador Superveloce.
Si el Inferno saldrá a la venta algún día o es otro ejemplo de un súper auto que luego de su presentación pública se pierde en el olvido, es difícil de saberlo, pero el hecho de ser uno de los pocos proyectos de súper autos hechos en México es suficiente razón para entusiasmarse.