Honda es el último fabricante de automóviles que ha confirmado sus planes de crear un vehículo autónomo. Espera poder tenerlos ya en fase de producción para 2025, según ha dicho Takahiro Hachigo, CEO, durante una conferencia de prensa en Japón.
Específicamente, Honda tiene en su punto de mira el Nivel 4 de autonomía de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE). Este organismo define la conducción autónoma en varios niveles, los cuales van desde el 0 hasta el 5. El Nivel 4 permite la conducción autónoma la mayor parte del tiempo, pero con excepciones, como cuando hay mal tiempo. Honda ya había dicho previamente que alcanzaría la autonomía de Nivel 3 antes de 2020.
Los esfuerzos de Honda en el desarrollo de los carros autónomos no han sido tan constantes como los de otros fabricantes, pero claramente está progresando. En los Estados Unidos, la compañía está probando carros en la Estación GoMentum, una instalación de pruebas dedicada para automóviles autónomos ubicada en los antiguos terrenos de la Estación Naval de Armas de Concord, en el área de la Bahía de San Francisco.
En diciembre, Honda y Waymo, el antiguo proyecto de automóviles autodirigidos de Google, anunciaron las conversaciones para una posible asociación. Waymo ya se ha asociado con Fiat Chrysler Automobiles (FCA), que le suministra las minivans Chrysler Pacifica Hybrid que conforman su actual flota de pruebas, al igual que sucede con Lyft.
Honda se une a una lista cada vez mayor de fabricantes de automóviles que prometen carros autodirigidos para el público. Ford planea poner en producción uno sin controles manuales para 2021, aunque sólo estará disponible para servicios de viaje compartido. Nissan y Tesla esperan conseguir pronto una mayor autonomía en los vehículos de producción. BMW se ha asociado con Intel, Mobileye y Delphi para crear un sistema de conducción autónomo en 2021. Numerosas otras compañías, incluyendo General Motors, Toyota, Uber, Volvo y Audi, han entrado también al juego.
Los automóviles de conducción autónoma tienen aún muchos obstáculos por delante. Por ejemplo, no está claro quién será responsable final en los casos de accidentes, o si el público realmente los querrá usar. Si bien las empresas han hecho un notable progreso en los últimos años, también queda por ver si los autos de conducción autónoma realmente podrán funcionar como tú y yo los imaginamos, esto es, de manera segura y eficiente.