Monopolizada por Lewis Hamilton y Mercedes, la Fórmula 1 está ganando frescura gracias a jóvenes pilotos como Max Verstappen y Charles Leclerc. Aunque pujante, la savia joven no es tan dinámica como los mecánicos de la escudería Red Bull, que quebró una marca vigente desde 2016.
En el marco del último Gran Premio de Gran Bretaña, los colaboradores del equipo con sede en Austria consiguieron la detención en pits más rápida de la historia. El procedimiento tardó solo 1.91 segundo, rompiendo el mejor registro anterior, establecido por McLaren en 2016, por apenas una centésima de segundo.
El récord fue obtenido cuando se atendió a Pierre Gasly, que entró a los boxes en la 12° vuelta para equipar un nuevo juego de neumáticos con compuesto duros. El cambio ayudó al corredor francés a obtener el cuarto lugar en la carrera, su mejor resultado de la temporada. El podio lo ocuparon Hamilton, su compañero Valtteri Bottas y el citado Leclerc.
El equipo en boxes de Red Bull actualmente lidera la clasificación general en el premio DHL Fastest Pit Stop, con Williams en segundo lugar y Ferrari en el tercero. En cualquier caso, el ranking de constructores es ampliamente encabezado por Mercedes, por delante de Ferrari y el mencionado equipo austriaco.
Dado que en el automovilismo cada segundo cuenta, las paradas en boxes son una parte muy importante del desempeño. Un movimiento equivocado por parte de un solo miembro de la estructura podría hacer que el piloto quede atrapado largos instantes en la línea de pits, lo cual podría costarle vitales puntos o incluso la carrera.
El tiempo en los boxes se redujo considerablemente a partir de 2011, gracias a la prohibición del reabastecimiento de combustible. La nueva regla allanó el camino para un aluvión de marcas de velocidad en la asistencia, ya que las escuderías perfeccionaron sus métodos para lograr cambios de neumáticos asombrosamente rápidos.
Las detenciones en los pits no están exentas de problemas y los mecánicos se arriesgan incluso a sufrir lesiones cuando se producen errores. Un incidente en el Gran Premio de Baréin 2018, por ejemplo, resultó con un colaborador de Ferrari con una fractura en una pierna, luego de que Kimi Raikkonen fuese liberado. El traspié le costó una multa de alrededor de $55,000 al equipo italiano.