¿Alguna vez has imaginado darle una nueva vida a una vieja (muy vieja) camioneta que hayas visto por allí, estacionada cerca de alguna plantación o algún perdido pueblo rural? Scott Birdsall, fabricante californiano de hot rods, hizo precisamente esto a una vieja camioneta de Ford. Compró en Craigslist una F1 fabricada a finales de 1940 por $ 225, y después de unas buenas horas de trabajo, la convirtió en una camioneta de carreras con un motor Cummins diesel.
Lo principal en esta alucinante creación es justamente eso: su motor diesel de 5.9 litros que tomó prestado de un camión Freightliner. Después de largos y no poco complicados ajustes, se consiguió meter en la bahía del viejo motor nada menos que 1,200 caballos de fuerza y 2,000 libra-pies de torsión, increíble potencia que se envía directamente a las ruedas traseras.
Birdsall explicó que era imposible meter este motor y administrar esta potencia con el viejo armazón de la Ford F1, por lo que diseñó y construyó un marco tubular desde cero. «Ya no queda ninguna Ford de 1949», señala. Birdsall trabaja para Chuckles Garage, así que algo sabe sobre fabricar partes de un automóvil.
Y vaya si sabe. Lo cierto es que podría tener —perfectamente— un doctorado en turboalimentación. La nueva-vieja F1 utiliza una configuración de turbo compuesto que haría a un Ford GT parecer un Toyota Yaris. Se compone de un turbocompresor regular impulsado por los gases de escape que vienen de un turbocompresor más grande, gases que luego devuelven algo de impulso al primer turbo… ¿Perdido? Sólo recuerda una cosa: este camión tiene un montón de impulso; 106 psi, para ser más precisos. Una intrincada configuración intercooler mantiene la temperatura bajo control, mientras que un extractor de cinco pulgadas permite que el quemador de aceite respire sin problemas.
El asiento-banca original de la F1 se quitó y se sustituyó por un par de asientos de cubo. Te darás que aquí casi nada es ya de stock: los medidores analógicos actualizados ocupan el lugar anteriormente reservado para el grupo de instrumentos de los años ’40; la dirección se comanda a través de un volante de tres radios, y una moderna pantalla figura ahora en la consola central. La carrocería, sin embargo, no la han tocado. Birdsall explica que su color se debe a que la camioneta se pasó los últimos 40 años estacionada entre arbustos, y no precisamente en un taller de pintura.
No te engañes: no puedes ir con esta camioneta a Home Depot y volver cargado de madera y otras cosas. La antigua cama de la F1 es ahora el hogar de un intercooler grande, una batería, una configuración de suspensión personalizada, y 375 caballos de fuerza de nitrógeno. La verdad es que con este gran poder a tu disposición, la ferretería podría ser el último lugar que querrías ir.