Con casi una década en el mercado estadounidense, el Fiat 500 bien podría calificarse un dinosaurio en la industria automotriz. Para darle un nuevo impulso, el citycar recibirá la mayor innovación desde su estreno global en 2007.
El fabricante italiano confirmó que la próxima generación llegará exclusivamente con un motor eléctrico. Será «un nuevo producto», dijo el jefe de marketing de Fiat, Olivier Francois, a la revista británica Auto Express.
El ejecutivo agregó que el modelo será «una especie de Tesla urbano”, pero con mucho estilo italiano. De acuerdo a sus palabras, será la “dolce vita” –ese período de gran esplendor a mediados del siglo XX- reflejada en un vehículo.
El adiós a la gasolina y el diésel no es un hecho sorprendente, y no se debe necesariamente a la abrumadora demanda por carros eléctricos. Volkswagen anunció una decisión similar con el Up, un compacto urbano que no se vende en Estados Unidos. Según explicó, hacer que los autos pequeños cumplan con las futuras regulaciones de emisiones es tan costoso que la única manera de seguir vendiéndolos sin perder dinero es alimentándolos con baterías. Smart llegó a una conclusión similar con el ForTwo y otras firmas tomarán la misma decisión en los próximos años.
El 500 se moverá en una dirección más sofisticada a medida que se vuelva eléctrico, que es donde la influencia de Tesla entrará en la ecuación. Ya atrae a compradores que buscan un automóvil urbano premium y hacerlo un poco más caro ayudará a Fiat a compensar el costo del desarrollo de la tecnología eléctrica.
La información sobre los precios aún no se ha anunciado, pero lo lógico es que cueste más que el modelo actual, cuyo valor comienza en $16,495 dólares. Por el dinero, los compradores obtendrán un auto mejor construido y equipado con muchas más características tecnológicas que las que Fiat ofrece hoy en día.
Fiat presentará el próximo 500 durante el Salón de Ginebra 2020, y el modelo saldrá a la venta en Europa poco después.
La filial del Grupo FCA ya comenzó a preparar su fábrica de Turín para la construcción del vehículo. La planta tendrá una capacidad anual de 80,000 unidades, pero su llegada a Estados Unidos está en suspenso. La firma podría optar por seguir vendiendo el automóvil de la generación actual durante varios años más, mientras la demanda por vehículos eléctricos urbanos recupera impulso.